Aria Beckham [n.v]

O27

Era la tarde del lunes y me encontraba en mi habitación. Había nieve por doquier y no paraban de caer esos magníficos copos. Un día excelente para quedarse en casa y ver un gran maratón de Grey's Anatomy, como te quiero Mark Sloan.

No me atrevía a estar en la sala, por lo que escuché habían trasladado una importante reunión del estudio a mi casa. Y digamos que mis fachas no eran dignas de ser vistas por importantes empresarios.

Estaba metida en mi serie que no me di cuenta que habían abierto la puerta de mi habitación.

—Neels—susurré. Puse pausa a la serie y me senté en la cama.

—Hola—sonrió—¿me puedo sentar?—señaló mi cama.

—Claro—me corri para dejarle lugar—¿que estás haciendo acá? No sabía que venías.

—Tuve una reunión con tu mamá y Maybelline.

—Así que vos sos uno de los importantes empresarios —reí. Me miró confundido y le expliqué— no quería bajar a la sala porque sabía que mi mamá tenía una reunión importante, con grandes empresarios.

—Ya veo—río—¿Que estabas mirando?

—Grey's Anatomy—señalé a la televisión—cada vez me gusta más.

—¿Derek o Mark?

—Los dos. Son diferentes, pero mi amor por ellos es el mismo.

(...)

—¡Era mi turno, tramposo!—estábamos jugando al monopoly y había tirado dos veces seguidas.

Por el tema de la nieve Neels se tuvo que quedar. Decidimos jugar a un par de juegos de mesa, habíamos empezado con life, la batalla naval y ahora monopoly.

—Me aburrí, no quiero jugar más.—se paró del piso, donde estábamos jugando, y se sentó en uno de los sillones que había en mi habitación.

—Si, porque estabas perdiendo.—lo miré y él sonrió— sos un tramposo, querido Visser.

—¿Eso crees, querida Beckham?

—Claro que si—reí y me senté junto a él.

Nos quedamos en silencio, uno cómodo y agradable. Y de la nada lo abracé. Noté  como se tensaba, pero rápidamente me abrazó también.

—¿Estás bien?—murmuró. Tenía su cabeza apoyada en la mía, mientras que lo abrazaba por la cintura.

—Si, solamente quería abrazarte—respondí de la misma manera—espero y no te moleste.

—Claro que no—besó mi frente.