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—¡No sé porque lo hizo! Estábamos bien, ya habíamos arreglado todo.—exclamó con frustración—estábamos bien—murmuró.

Markel lo miraba desde el sofá. Se mantenía callado y atento a cada paso que su amigo daba. Solamente lo escuchaba.

—Le mandé mensajes, pero me bloqueó de toda red social. Sabía que estaba asustada por la distancia, entendía su miedo, pero de igual manera no me escuchó. Tenía una solución, íbamos a seguir juntos de todos modos. La quiero Kel,— miró a su amigo—la quiero muchísimo y no quiero estar separado de ella.

—Y si la vas a buscar—por primera vez en toda la tarde el moreno habló.

—Recién se fue ayer, necesita tiempo. En una semana voy a ir a buscarla. Me va a escuchar porque me toca hablar a mi esta vez.

(...)

—¿Como te sentís, cariño?—papá se sentó a mi lado.

Hoy por la madrugada llegamos a Londres y desde ese momento ninguna palabra salió de mi boca.

—Mal—hablé—¿crees que hice lo correcto?

—Sabes que en cada decisión que tomes te voy a apoyar—acarició mi cabello— lo que más me importa es tu felicidad y que estés bien.

—Ya sé, pero lo extraño papá—sequé las lagrimas que caían—lo extraño muchísimo y se supone que no tendría que extrañarlo, porque por algo lo dejé, para que no nos extrañemos.

—Aria voy a ser sincero con vos. Estos días van a ser horribles, te vas a estar lamentado y odiado por la decisión que tomaste, pero al pasar los días te vas a dar cuenta que todo ese dolor que sentís hoy, va a ser cada vez menor. Te lo prometo.

Abracé a mi papá. Él solo acariciaba mi cabello y decía que todo iba a estar bien, cuando ambos sabíamos que eso no pasaría pronto.

Aria Beckham [n.v]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora