Aria Beckham [n.v]

O97

Llegamos a Los Ángeles en la madrugada del martes. Habíamos acordado esta ciudad para finalmente conocer a la familia de Neels.

Con los nervios a flor de piel y agarrada de la mano de Neels entramos a un elegante y cálido restaurante.

—No te preocupes—me miró—todo va a estar bien. Te van a amar.

—Eso espero, estoy muy nerviosa. —murmuré

—No tenes porque estarlo—besó mi frente—no sé si te lo dije, pero estás hermosa.

Sonreí levemente con mis mejillas rojas. Finalmente entramos al restaurante.

—Hola mamá—Neels abrazó a un mujer de baja estatura y ojos azules.

Yo miraba la escena enternecida. Cuando Neels está con su familia parece un nene otra vez, y no hay nada más lindo que verlo feliz.

—Hola, cariño—lo miró con una sonrisa.

—Mamá, ella es Ariadne, mi novia. Aria, ella es mi mamá— nos presentó

—Hola—sonreí—es un gusto conocerla.

Annie me miró fijamente con uña sonrisa, lejos de hacerme sentir incómoda.

—Hola, linda—me abrazó—no me trates de usted, por favor.—reímos

La cena pasó muy tranquila, no se pedía el hilo de conversación.

—¿Hace cuanto tiempo están juntos?—preguntó. Neels me miró y sonrió.

—Ocho meses—respondí con una sonrisa.

—Que lindo—me abrazó—espero verte pronto cariño.

—Y yo a usted.

Neels tomó mi mano y fuimos a su auto luego de despedirnos de su familia.

—No estuvo ran mal, eh.— lo miré y reí.

—Creí que iba a ser peor, pero tu mamá es un amor.

—¡Y claro que si!—exclamó—a alguien tenía que salir, soy igual a mamá.