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Mi papá abrió la puerta de mi casa y entramos. Dejé las valijas al lado de la puerta y subí a mi habitación.

Cuando llegué al pasillo pasé por la habitación de mi mamá y entré.

—Hola mamita—dejó su computadora a un lado y me miró.

—Hola mi amor—besó mi mejilla—¿Como les fue?

—Muy bien—sonreí—había extrañado Italia. ¿Que hiciste en estos días?

—Terminé unos diseños para la próxima temporada. ¿Que hiciste con los chicos?

—Recorrimos bastante. Fuimos a un par de estadios y conocimos a los jugadores.

—Y a Dybala—me miró— ¿que pasó con Paulo?

—Nada, no pasó nada.

—Aria—repitió.

—Sabes que nada—reí— estoy con Neels y sabes que no haría nada estando con una persona.

—¡Ese Neels!—aplaudió— como lo quiero. ¡Es mas bueno!

Reí y salí de su habitación para ir a la mía.

(...)

—¡Aria, vinieron a verte!

Bajé las escaleras y cuando estuve en el segundo escalón corrí hasta llegar a la persona que me había venido a ver.

—¡Neels!—me colgué de él mientras reía.

—Aria querida—besó mi frente—te extrañé linda.

—y yo a vos—lo besé—te extrañé muchísimo.

Subimos a mi habitación y nos sentamos en nuestros lugares de siempre, junto a la ventana.

—Creo que ya es momento, ¿no?

—¿De que Neels?

—De volver a estar juntos.—suspiró—habíamos acordarlo hablarlo primero, y después volver.

—Si, ya es momento—sonreí

—Entonces—sonrió también—¿Aria, te gustaría volver a ser mi novia?

—Claro que me gustaría—lo besé—me encantaría ser tu novia otra vez, Neels.

Aria Beckham [n.v]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora