Capítulo 37

16 3 1
                                    

Grace

La señora Kee se dirige a la puerta que es tocada con insistencia, el cazador, que lo llaman Adam, había salido de aquí.

Al abrirla hay una señorita con el cabello completamente blanco pasando a plateado, ojos que parecían de una albina, pero sus manos fue lo que lo desmintió, tenía una marca de una mano en su derecha, tenía la ropa de su trabajo, la lluvia que había mojaba cada centímetro de su cuerpo.

—¿Puedo ayudarla?— le pregunta la señora Kee, mira atras de ella con paranoia.

—N-necesito hablar con Abdiel, A-abdiel C-cipriano— dice con su voz temblorosa, me levanto del sillón de la sala.

—¿Qué te hace ver a Abdiel tocada por la muerte?— le pregunto, ella era una tocada por la muerte, es decir, que ella había muerto, pero volvió con un trato con la muerte, supongo que ese era el trato.

—Y-yo solo, debo hablar con él, c-con nadie más—estaba tiritando tanto de frío como de miedo.

—Pero— digo confundida, en eso pasos se escuchan en las escaleras, al mirar a ellas veo a Abdiel.

—¡Abdiel!— al intentar entrar la señorita se estrella contra algo invisible que se encuentra en la puerta— vengo para hablar contigo— intenta pasar con desesperación.

—Déjenla pasar— ordena Abdiel en las escaleras todavía.

—Lo siento jovencito, yo no dejo entrar a tocadas por la muerte, la razón por la que estás aquí, anticristo es porque Adam me pidió que cuidara a la chica que está arriba, si ella dice que puede pasar entonces la dejaré— dice la señora Kee, se dirige a la cocina dejando la puerta de la entrada abierta.

Abdiel sube a una velocidad hasta la habitación de Pau, yo voy detrás de él.

Entra a su habitación, ella estaba dormida, pero Abdiel no le dió importancia, enciende la luz de la habitación.

Pau se levanta, al parecer apenas estaba durmiendo.

—¿Qué pasa?— pregunta rascando su espalda y estirándose, además de dando un bostezo enorme, tenía una enormes ojeras.

—Debes dejarla pasar— ordena Abdiel, yo solo observo la escena.

—¿A quién? ¿De qué hablas?— al parecer Abdiel estaba desesperado porque dejaran entrar a esa chica.

—De una chica, necesito algo de ella y no puede entrar, ¡déjala entrar!—

Adam

—Veo que estás de vuelta— dice Nolan, vaya que odio a los ángeles caídos, Nolan tira el cigarrillo que tenía en su boca y lo tira, luego toma un trago de su botella de vodka.

—Sí, no es de tu incumbencia, Nolan necesito que le des un mensaje— le pido a Nolan.

—¿Qué quieres que diga?— me pregunta Nolan con una pluma y papel.

—No es necesario que hables Nolan— saco mi espada de su vaina, al ver su brillo de color característico para su especie la mira con miedo y se sobresalta lo que hace que caiga al suelo.

—Adam, amigo— empieza a rogar por su vida— te conozco desde hace mucho tiempo, somos amigos— me acerco a él con paciencia como un animal asechando a su presa.

—Lo siento Nolan, pero nunca fuimos amigos, además una orden es una orden— los gritos desesperados se escucharon por todo el lugar de su trabajo, pero eso no era nada anormal, ángeles caídos se pelean todo el tiempo y alguno que otro nephilim y gritan.

Pau

Qué débil fuí, la dejé pasar, Agh, que tonta.

La señora Kee me deja una taza con un té.

—Señora Kee, es muy penoso para mí, pero no me gusta el té— le digo aceptando la taza, pero mirándola con pena.

—Lo sé, por eso toma el sabor de tu bebida favorita— se queda en mis manos y lo sostengo a la altura de cuello.

—¿Qué hace una tocada por la muerte aquí?— pregunta Grace a la chica.

—Vengo para entregar un paquete para Abdiel, solo él puede recibirlo— dice la chica tomando un sorbo a su taza.

—¿Podemos al menos saber qué es?— pregunta Grace, la chica se arregla un cabello poniendolo detrás de su oreja.

—No, me ordenó que no lo hiciera— dice viendo a Abdiel.

En eso la puerta de la casa se abre, de ella entra Terence que no sabía que había salido.

—¿Cuándo saliste?— pregunta Grace al verlo entrar.

—No te importa— sube las escaleras, cada vez que lo miro recuerdo el día que Adam dijo que tenía protección de un Du Luac.

—Terence— Grace se levanta, pero se escucha la puerta de su habitación cerrarse.

—Odio lo que le han hecho a mi casa— comenta la señora Kee, deja la sala, me levanto y voy detrás de ella.

—¿Porqué dijo que yo debería decidir si ella entraba o no?— le pregunto con mucha curiosidad, aquí había algo que no me gustaba.

—Sabes hace muchos años Adam me salvó la vida a pesar que no estaba en sus órdenes, él siempre me ha salvado y solo me pidió una cosa, que yo te salvara a tí, esta casa es en realidad tuya— me quedo helada antes eso, ¿cómo esta casa podría ser mía?— tú hiciste pasar a todos, Adam ha visto demasiado en su vida, yo te pido una cosa Pau...no te mueras— ¿qué clase de petición era esa? no tenía en mis planes morir muchas gracias.

—Señora Kee— la llama, pero la puerta de la puerta.

—Le dará un infarto en cuanto vea a la chica en la sala, mejor me voy— la señora Lee me deja sola en la cocina.

Volví, no me maten porfa 🙏.

Estuve ausente porque no me sentía muy inspirada, pero verán más, gracias por leer.

La chica aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora