Capítulo 1

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Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre y Noviembre pasaron rápidamente.

Tal y como lo prometió, Pau recibió un regalo el día de su cumpleaños, era un dije con fotos quemadas y derruídas dentro, ese mismo se veía gastado y viejo. Familiar.

Abdiel y Layla siguieron saliendo y Abdiel terminó 2do de Preparatoria para poder empezar 3ero de Preparatoria junto con su novia.

Terence se volvió mucho más problemático al morir su madre en un ataque de ángeles caídos hacia un nephilim que su madre intentó detener.

Marco desapareció y los restos de Pablo fueron esparcidos por todo Coldwater por culpa de su padre.

Grace estuvo desapercibida llendo al Casino y hablando con todos, protegiendo a los humanos que iban a ser víctimas de los ángeles caídos con mal humor.

Pau fue obligada por su madre a ir a una escuela para que estuviera más tiempo en el mundo de los humanos.

Patch todavía tenía su mente afectada por los ángeles y no recordaba nada, Huge se fue de Coldwater a Noruega y por último la señora Kee no dejó a nadie más entrar que no fueran cazadores en busca de refugio.

El 23 de Diciembre llegó y Coldwater se llenó de nieve por todas partes, la gente iba con grandes abrigos, gorros y gordos guantes y bufandas.

Grace usaba esa ropa para parecer normal y paseaba por la calle, las familias adornaron sus casas y los niños jugaban en el parque de su casa con la nieve.

La noche era oscura y la única luz era de las farolas que parecían luciérnagas en un frasco.

Las marcas de los zapatos de la gente se marcaban dejando pistas para un asesino serial a que lugar ir sin necesidad de seguir a la persona.

—¡Grace!— dice una voz detrás de ella, al darse la vuelta ve a Pau con un saco enorme de color naranja algo rojo, además de unos guantes negros que no dejaban nada de sus manos al aire, tenía un gorro nada interesante y una bufanda del mismo color que sus guantes.

—¡Pau!— digo sorprendida, ella llega a mi lado para ver que estaba mucho más alta.

—Hola, no he estado mucho tiempo aquí ¿qué ha pasado?— Grace mira a otro lado, se había dado cuenta que no se había puesto en contacto con los demás— bueno, no pasa nada, yo también estuve algo ocupada este año— Pau exhibe una sonrisa que hace que Grace sonría también.

—Bueno todavía tengo el teléfono de Terence lo llamaré para que nos veamos— Grace saca su teléfono, marca al teléfono, pero la llamada es rechazada.

—No pasa nada, ya llamará— dice Pau, pero luego baja la mirada— ¿has escuchado algo de Adam?— le pregunta, Grace se sorprende un poco.

—No directamente, solo sé que ha acabado con un montón de seres sobrenaturales que causaban problemas en Noruega, debe estar congelándose— comenta.

Mientras en un lugar donde la nieve era mucho peor Adam miraba al horizonte con una fogata de fondo y con un pantalón nada más.

Estaba concentrado y dejaba su espalda al desnudo.

La serpiente cruza todo su torso hasta llegar a sus dedos, la cabeza de esta sobre su cuello y se mueve constantemente.

La ropa de Adam siempre consistía en ropa que tapara todo su brazo y usaba guantes ligeros con la excusa de que eran para la espada.

La serpiente era más un tatuaje, ya que los colores y contorno están en su piel sin parecer despegarse, pero el brillo que tiene y el movimiento que hace para apretar más a Adam lo quita como opción.

Se levanta al cabo de un tiempo, un hombre que parecía mucho más viejo se acerca a él.

—¿Te vas tan temprano?— le pregunta el anciano en una lengua diferente, noruego.

Si Lærer, tengo una promesa que cumplir—  la serpiente vuelve a moverse y el anciano solo da una mueca de dolor al igual que Adam.

Cumple rápido cazador, esa serpiente se irá una vez que la cumplas y salves a Pau— Adam suspira y toma su camisa y guantes.

¿Lærer?— lo llama, el anciano se da la vuelta— nunca le dije su nombre verdadero—  el brillo de la espada se vuelve gris con tonos de rojo— tal y como lo pensé un Daugr.

Volviendo a Coldwater un chico de cabello negro rechaza las llamadas de la insistente ángel.

—Deja de ser tan insistente— estaba al borde de su cama, Terence no tenía a nadie ya, Marco y Pablo habían muerto, o al menos Marco desapareció, su madre está muerta y solo queda su estúpido padre y hermana que de seguro está muerto, lanza su teléfono contra la pared enojado y pone sus manos alrededor de su cabeza.

—¿Qué demonios haces?— dice la voz de una mujer detrás de él, al darse la vuelta a un pelirroja que lo observaba.

—¡Dejame en paz!— toma el cigarrillo que tiene al lado y pone entre sus labios dejando pasar el humo que lo hace sentir mejor.

—No deberías fumar— chasquea los dedos y el cigarrillo desaparece haciendo que Terence se enoje más.

—¡Yo no te pedí que me molestaras! ¡¡Déjame en paz!!— Meredith no se mueve de dónde estaba y luego se acerca a él.

—No, pero tu madre si— se queda petrificado y Meredith le arregla un mechón de su cabello— no creo que le haya gustado en lo que te has convertido— Terence aprieta los puños.

—¡¡Tú no sabes lo que a ella le habría gustado!!.

—Sé que ninguna madre quisiera que su hijo se hiciera daño a él mismo de esa forma, tampoco que te arriesgues creyéndose un cazador de ángeles caídos cuando es solo un nephilim, tampoco que te hayas hecho lo que eres ahora, Terence— el pelinegro observa a la ojiverdes y baja a cabeza.

—Me habría matado en cuanto se enterara— Meredith acaricia su cabello con delicadeza y ternura.

—Ahora ve a salvar a Miguel— le dice la pelirroja, el ojinegro no puede dejar de notar su sonrisa de lado, normalmente siempre tiene mucho maquillaje, pero ese día solo tenía su piel sin una gota de maquillaje.

—No llegaré— intenta excusarse.

—Claro que sí— le da una palmada en la cabeza y aparece en la plaza vacía donde solo dos chicas conversaban y esas dos chicas eran Grace y Pau. Se sorprenden al ver a Terence que aparece de la nada.

—H-hola— las saluda nervioso y ambas le sonríen.

La chica aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora