Capítulo 23

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Grace

Creo que saben a lo que me refiero cuando les digo que un sueño fue tan real que puedes sentir el daño en tu cuerpo ya despierto, pero que a los segundos olvidas que causó esto.

Me desperté con esa sensación en mi cuello, como si hubiera sido ahorcada hasta la muerte, pero la verdad no recordaba nada del sueño y sumandole que los ángeles no sueñan ni duermen toda la situación se le podía tachar de extraña.

La habitación en la que estaba era de paredes de madera, pero era más medieval. Podía ver a través de los troncos que conformaban la pared y la luz de la habitación contigua hacia ver una silueta que estaba frente a mi habitación... como si me observara, era alta y podía divisar que usaba una espada en su lado derecho, la sombra se retiró y la luz me deslumbró.

Observé mi ropa y quise golpear a quien sea que me haya cambiado. No tuve tiempo de asesinarlo en mi mente porque en ese momento la puerta de la habitación se abrió y alguien que conocía perfectamente estaba en ella.

—¡Finalmente! mi maestro estaba por dejarte por tu cuenta—

Era un Adam mucho más joven del que conocía y tenía algo muy diferente, las marcas del pecado de la traición brillaban por su ausencia por todo su cuerpo, pero eso no significa que su piel pálida esté limpia de cualquier marca, al contrario, las serpientes eran sustituidas por lesiones que podían compararse con las de un prisionero de Aldaña.

—Toma, hay un poco de mis provisiones y de Swen, deberían ser suficientes para ti. No pareces ser alguien con un hambre insaciable como el Maestro Olsen— deja una bandeja con un pan y dos trozos de carne cocinada frente a mí.

—¿Cuál es tu nombre?.

—Adam, señora, Adam Losnedhal. Adam significa "Hecho en la Tierra" y Losneshal, "Valle".

—Según recuerdo Adam viene de Adán, un personaje de las escrituras.

—Pude cambiar mi nombre, pero decidí dejarlo así. Debe tener hambre coma por favor— este niño es demasiado dulce para ser el calculador y cruel Adam que conozco. Además de que nunca antes había compartido su apellido frente a nadie que yo conociera.

—Losnedhal—

Tanto Adam como yo volteamos a ver al hombre rubio frente a nosotros, pude reconocer su figura como la misma que me veía tiempo antes.

—Si se queda dile que se apure, salimos en cuando Olsen termine con la letrina— anuncia el hombre para desaparecer en la casa.

—Él es mi Maestro, el Maestro Raganar es muy estricto y no le gustará que hayamos desperdiciado la comida, dese prisa por favor— tomé el pan y empecé a comer mientras el chico afilaba una pequeña daga y por más que miraba al chico su espada no estaba.

—¿Dónde estamos?— pregunté acabando el pan y tomando la carne con mis manos que sorprendentemente estaban limpias.

—A 148 kilómetros del Templo Dusha— respondió todavía afilando su daga.

—¿Y eso es...?.

—Veo que no está familiarizada con el mundo mágico, me sorprende dado que despide un aura perteneciente a una maga— ¿no detecta que soy un ángel?.

—Soy practicante y nueva, sé lo básico.

—¡Oh! ¿De qué clan es? Podríamos cruzarnos con ellos— ni siquiera sé del Templo Dusha ¿cómo voy a saber que clan hay en este momento?.

—Somos un clan nuevo. Somos el clan...— piensa, se les pone por sus especialidades y localización— Brasa.

—En ese caso estás lejos de casa, según recuerdo el clan Brasa está por mi Templo, podríamos llevarla de regreso o darle indicaciones... aunque no es recomendable ahora que los cazadores de brujos están muy activos por esta zona— Adam guardó la daga y se levantó tomó el plato ya vacío y sonrió.

La chica aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora