Capítulo 19

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Abdiel

El hombre de cara afilada me miraba con los brazos cruzados junto a una niña que reconocí al instante. Fear.

—El plazo se está acabando— dice sin más el hombre alto en traje con un rostro no muy agradable.

—Lo se, pero ese cazador no se aleja de él— la chica sonríe y luego mira al de traje, se pudo ver como el de rasgos afilados apretaba los labios en señal de enojo.

—Debí haberlo imaginado, no puedes guardar un secreto— sus palabras se vuelven a Fear que empieza a reír sin poder parar.

—Solo le dije que era un mal esclavo ¡es todo!— se interrumpió riendo, su risa no era para nada melodiosa— él es el estúpido que no sabe disimular ¡no yo!— Fear cae al suelo riéndose y Death solo puede acariciar sus sienes.

—Este es el nuevo plan...

Terence

¿Cómo podría dormir tranquilamente ese maldito?. Me acababa de vender a la muerte ¡a la misma muerte! Adam se había ido hace unos minutos y nos había dicho que descansáramos, si claro. No dejaré que ese bastardo me asesine mientras duerma.

El ángel estaba viendo hacia el suelo, estábamos en un especie de callejón y podíamos escuchar todo desde aquí. Es increíble como puede haber una ciudad tan normal en el Infierno.

—Descansa un momento Terence, aunque seas un nephilim puedes cansarte— suelto un bufido.

—No tiene sentido que me mandes a dormir Grace, llevo meses sin hacerlo— la apariencia del ángel era deplorable, sus ojeras eran tan grandes como sus ojos verdes que antes eran vivos y ahora estaban apagados y sin vida. Su postura estaba encorvada y podía ver sobresalir sus vértebras de su espalda— ¿Estás bien?— Grace me mira y un escalofrío recorrió mi médula espinal haciéndome estremecer.

—¿Por qué lo preguntas?— s-su piel. ¡su piel se estaba cayendo!.

—Grace tu... piel... está...— sin más vomite sin siquiera pensarlo, era asqueroso pensar en esa imagen. El olor a putrefacción se aglomera en mi nariz haciendo que me sienta más verde de lo normal.

No... simplemente no podía.

—Terence— dice una voz que reconozco al instante, me encuentro con los verdes que pertenecían a la pelirroja, estaba sin maquillaje por primera vez desde que la conozco. Al igual que Pau utilizaba un vestido blanco que llegaba por encima de la rodilla—¿qué te sucede?— me quedé mirando sus ojos que me miraban con acogimiento y preocupación. Su pálida piel estaba impecable y no podía dejar de reprimir mis ganas de que me abrazara.

—¿Dónde diablos estuviste?— le espeté una vez fuera de su hechizo— ¿tienes alguna idea de lo que ha sucedido?— me levanté encarandola. Claro estaba que yo era centímetros más alto que ella.

—Lo sé perfectamente— acaricia mi mejilla y me aparto— pero me temo que cuando Fear te tomó, algo también sucedió en la realidad de los humanos.

—¿Que fue?— sus ojos miraron a otro lado y luego volvieron a mí.

—No puedo explicártelo, de hecho fue una estupidez venir aquí— tocó mi frente con su dedo índice y desperté exaltado, mi respiración estaba entrecortada y sudaba frío.

—¿Puedes sentirlo también?— me preguntó el Ángel que estaba demasiado cerca de mí— es diferente... pero no hay duda... habrá otro anticristo— hablaba sin mirarme y solo concentrándose en los demonios que pasaban.

—Si lo siento, pero es imposible, no lo sentí cuando Abdiel...— miro al maldito demonio al que le quería partir el cráneo.

—Es porque su impacto no fue tanto. Su madre tenía un nivel de alma bajo... además ella no fue obligada a tener relaciones con Lucifer.

Pau

Tomé una bocanada de aire y desperté abruptamente. El dolor en mi pecho fue tanto que volví a tirarme en la camilla.

Kenzel tenía el desfibrilador en mano y se había apartado. Llevé mis manos a mi pecho y me encogí.

Escuché a Adam revivir también y su gran bocanada de aire. Ambos jadeabamos en la camilla de plata.

—¿Qué m*rda Adam? sabes que...

—Lo siento Kenzel no pude controlarlo, fue peor que la primera vez— escuchaba decir a Adam, su voz se escuchaba débil y Kenzel suelta un suspiro frustrado.

—Si vuelves a perder el control no podré despertarte y morirás por completo— escucho que Adam se reincorpora y yo también lo hago— Trawka la comida— le ordena a su subordinada que es una camibiaformas, ahora se veía diferente. Me recordaba a un hada. Ella parece un ave gigante, con cara de humana, tiene plumas de color verde, azul, violeta y amarillo, tiene alas, lo que la hace parecerse mucho a un colibrí. Tiene los ojos color violeta y grandes pestañas, pero a diferencia de las hadas lo tiene alas h es de un tamaño humano.

—Si— dice haciendo una reverencia y saliendo de la sala dejándonos solo a nosotros 3.

—Adam debiste ver las calles, todos estaban matándose entre sí— Kenzel es un hombre de apariencia mayor... un vampiro semi-puro. Su cabello es canoso llegando casi a brillar y usa unos lentes redondos que descansan libremente en su nariz respignada. Usaba una camisa blanca y lisa, encima de esta un chaleco de franela con cuadros verdes y azules con unos pantalones de color caqui. Aunque tenga una apariencia de ser un hombre de más de 100 años su piel era perfecta y no tenía manchas ni las venas marcadas.

—¿Qué? ¿Por qué?— pregunto ganándome la mirada de ambos.

—¿No lo sabes?— pregunta el vampiro a lo que yo niego.

—Ahora tenemos a 2 anticristos con los que lidiar— contesta Adam mirando al suelo.

N/A: solo quería aclarar que la canción no tiene nada que ver con el capítulo, pero era con la que estaba escribiendolo y no paraba de repetirla, así que la puse...

La chica aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora