Capítulo 17

20 2 0
                                    

Grace

La 3era base es la más asquerosa de todas, se pueden ver a todas esas almas intentando olvidar lo que en realidad son: esclavos.

Antes no podía verlo, pero al parecer en el Infierno se notan más, las cadenas que se cierran en las manos de Adam. Podía ver sus pecados más notorios, las serpientes que recorrían su cuerpo tenían un brillo especial. Traidor. Asesino. Furia. Esos eran sus pecados. La traición que controla su camino, la muerte que mancha sus acciones y alma, la ira que lo ahoga.

La primera serpiente se enrollaba en sus piernas desde sus dedos del pie derecho al izquierdo, la segunda iba por sus hombros y cubría desde la punta de sus dedos de la derecha hasta la de la izquierda enroscándose de una forma asquerosa, y la tercera empezaba desde su torso y llegaba hasta su cuello. Sus tres pecados. Ese cazador no era alguien de fiar.

Pau tenía la piel algo azulada como si se tratara de una quemadura de frío, se veían partes de sus escamas y sus ojos tenían un brillo azul. Se fusionaba con su forma de dragón, sus 2 almas en una sola representación. Además de que su altura era un poco mayor a lo que se ve en su cuerpo físico.

La ropa que usaba no era la misma que usaría en vida. Era un vestido blanco que tenía manchas de tierra dándole la sensación de estar sucio, cuando en realidad representa algo que no sé interpretar.

La ropa de Terence también cambió, llevaba una sudadera negra sin ningún estampado ni bolsas con unos pantalones blancos que se mantenían impecables no importaba que líquido o sólido le pusieras. Eso representaba su mestizaje, hijo de un humano y un ángel.

Sus zapatos eran (sin embargo) negros y altos, tenían una especie de plataforma. No tenía ni idea de lo que significaba.

Lo que sí sabía era que la ropa que yo veía no era cierta, el Infierno destruye todo lo que traigas del mundo humano, es decir estábamos desnudos. Es solo una representación.

Abdiel tenía algo diferente de lo que pensé que tendría. Es algo simple, es un impermeable amarillo sin capucha y estaba descalzo. Tal vez así se veía el anticristo.

Yo llevaba la misma que arriba, se llama ilusión y la estoy usando en todos.

Me acerco a Abdiel y lo pego más a mí.

—No te separes de mí. Esto es muy peligroso— pude sentir la tensión en su cuerpo, algo no estaba bien con él.

—No me trates como si fuera alguien más. Soy el maldito anticristo, no necesito de tu protección— se adelanta tomando unos pasos más alargados alejándose de mí.

Ver su espalda alejarse me dolía, había estado con él desde hace más de 17 años y ahora me rechazaba. ¿Será por mi sangre? ¿Será porque lo abandoné? Soy la única familia que le queda en este mundo... no puede alejarse de mí.

Adam se detiene frente a un edificio de un solo piso y ancho. Los colores eran opacos dándote la sensación de que en realidad no está ahí. Habían personas afuera tomando un cigarrillo o golpeándose. Pude leer el letrero "Ruema" y me dediqué a observarlo, el cazador suelta un suspiro y nos mira.

—Entraremos Terence y yo, el resto quédese aquí. No hablen con nadie.

—¿Por qué solamente ustedes?— pregunta desafiante la dragona cruzada de brazos.

—Porque sería más lógico que hayan comprado el alma de un nephilim, no de un dragón y si entran esos 2 las cosas pueden complicarse— ambos intercambian miradas dándole un ambiente lleno de hostilidad— ¿respondí tu pregunta?— su tono se había endurecido y él también estaba cruzado de brazos. Finalmente la castaña se rindió.

—Está bien.

—Después de esta base será diferente y ahí si nos servirían tus habilidades— Adam entró en el lugar junto con Terence dejándonos a la expectativa.

Terence

—¿Por qué estamos aquí?— le pregunta una vez que entramos, parecía más un bar nocturno que un lugar de trabajo. Habían mesas de billar al fondo del ancho rectángulo, una barra sobresalía y también la pequeña sala donde la gente se disponía a ver la televisión que eran noticias. Los colores de adentro eran de una escala naranja a rojo, dando una sensación de hostilidad.

Pero hay que ser honestos, ellos hacen trabajos deplorables para no ser torturados, no puede haber otro ambiente.

—Hay una persona que tiene lo que necesitamos para llegar a la fosa sin quedar atrapados— Adam se sentó en la barra y había una mujer a su lado. Se veía de unos 43 años y medía entre 1,55 y 1,58. Su cara era regordeta, era obviamente una persona mayor, cabello estaba peinado en un especie de moño como los que usaban las señoras en el pasado, además de ser de un castaño habían ciertas canas asomándose. Sus manos eran grandes con venas saltadas y usaba un vestido a lo renacentista.

—Pero si los traidores mueren— exclama comiendo de unos frutos rojos sin ver a ninguno de los 2.

—Déjate de juegos Jack— le dice con la misma frialdad que siempre muestra.

—¿Te atreves a abandonarme en la Base de los Torturadores para luego volver y esperar que te deje vivo?— dice con una calma que ella no tenía, sus ojos cafés miraban con frialdad a Adam.

—Deja de ser tan dramático, no fuiste torturado y lo más importante todavía tienes lo que necesito— una niña de altura pequeña y cabello rubio deja las mismas frutas que tenía la mujer con la que Adam hablaba. Iba a tomar una cuando Adam tomó el plato y lo alejó de mí.

—¿Quién es tu amigo?— pregunta pretendiendo olvidar lo que le había dicho recientemente.

—Alguien nuevo— responde cortamente.

—¿Comparten misión?— dice con una fruta en su boca y masticándola.

—Ni siquiera comprador, está aprendiendo. Asmodeo no entrena... lo único que debes saber es que necesito-

—Es muy novato, no sabe de las frutas y a juzgar por su representación un nephilim de los buenos ¿cuál es tu pecado? no debió ser grande no veo castigo alguno— Adam dabas pequeños golpes a la barra dando un sonido hueco.

—Cometió un solo asesinato— dijo perdiendo la paciencia— se arrepintió, pero su alma ya había sido comprada. Jack-

—No lo tengo aquí, son unos idiotas los que pensaban en robármelo es por eso que lo escondí y quiero una revancha— los golpes se volvían más constantes.

—¡Jack no tengo tiempo para tus juegos!, debo llegar a la fosa rápido.

—¿Qué tan rápido?.

—10 horas.

—Que lento, pero tienes tiempo para la revancha— Adam se levanta y la toma del cuello del vestido.

—Dámelo ahora Jack— su espalda estaba rígida y las miradas de todos estaban en ellos.

—Adam...— escucho a Jack reírse.

—Pensé que éramos amigos, el dúo dinámico: Jack el Destripador y El Cazador Negro. ¿¡Qué pasó con esos tiempos!? ¡Ah espera ya recuerdo! ¡¡me abandonaste a mi merced!!.

—Dámelo Jack ¡ahora!.

—¡Vas a matarme! ¡Vamos hazlo! Destruye mi alma, pero al menos enfrénteme señor Abrahamsen— la mujer escupió sangre por la boca sin perder la sonrisa que estaba llena de felicidad.

—Tienes un aproximado de 2 minutos para dármelo— la suelta y la mujer cae al suelo, una daga estaba clavada en su estomago. Adam me tomó del cabello y dió 3 golpecitos a la barra dando ver un compartimento— si sales te mato— me adentra en la oscuridad y luego tapa la poca luz que daba a ese lugar.

—Que Lucifer venga no hará que te lo dé.

La chica aladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora