VIII

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Celine.

El silencio reinaba en la cocina mientras todos desayunábamos, cada quien esta absorto en sus propios pensamientos y me agradaba la idea de que estuvieran en silencio, había despertado con un horrible dolor de cabeza, afirme mi codo en la mesa y con la mano masajee mis cienes haciendo una mueca.

De repente salte de mi asiento arrugando mi nariz al sentir como la mano de Kael rozaba mi pierna, le lance una mirada asesina, el me sonrió de medio lado, en sus ojos se reflejaba claramente la diversión que estaba obteniendo de mi disgusto. Aparte mi silla un poco más.

—...¿Me estas escuchando, Celine?, —la voz de mi madre me saco de mis pensamientos y la mire de soslayo, ella fruncía su ceño mirándome enojada.

—Perdón, no estaba prestando atención,— le dije.

—Te pregunte si ya le habías pedido disculpas a tu primo.

Apreté mis labios y deje de comer, mire donde Kael el cual sonrió mirándome.

—Sí, si le pedí disculpas.

—¿Es verdad Kael?.

El me miro unos segundos antes de posar su vista en mi madre.

—Si pero no se las acepte, —dijo de forma lenta disfrutando ver mi rostro de enojo cuando menciono esas palabras, —quiero que sean sinceras sus disculpas.

—¡Fueron sinceras madre!, —vocifere levantándome de la mesa y lanzando con enojo la servilleta en la mesa, —Que él no me las haya querido aceptar en su problema.

—Celine...—advirtió mi padre dándome una mirada suspicaz.

Kael puso ambas manos sobre la mesa y miro con atención sin decir nada, solo siguió masticando su comida con elegancia.

—Celine, tienes que pedirle disculpas a tu primo,—mi madre musito furiosa.

Me queje en voz altas levantando las manos de manera dramática.

—Pero si ya se las pedí, —solté un gemido de frustración.

Mi tía la cual durante todo el tiempo se mantuvo callada oyendo y observando nuestros movimientos dejo el vaso en la mesa antes de halar.

—No es necesario Anne, —le dijo a mi madre, — Kael solo quiere molestara, claro que el acepta sus disculpas, ¿verdad hijo?.

Kael miro a mi tía apenas hablo mirándola de una manera que no pude descifrar pero el curvo sus labios en una sonrisa de amabilidad para luego decir:

—No.

Golpetee el suelo con mi pies y me cruce de brazos, esto va a ser humillante pero tengo que hacerlo.

Maldito Kael.

—Perdón Kael, —solté en un suspiro, —quiero pedirte disculpas por lo de ayer y te lo digo delante de mi familia para que vean que realmente estoy...—trague saliva, — arrepentida de lo que te he dicho, fue muy irrespetuoso de mi parte acusarte de algo tan...horrible.

Mentira, mentira.

El me miro y asintió, —Bien, —fue lo único que dijo.

Mi cabeza pareció estallar con esa simple palabra, ¿Bien?, ¿solo iba a decir bien y ya?. Mordí mi labio inferior tratando de contenerme; sin embargo no pude y explote soltando todo lo que quería decirle.

—Eres un idiota, yo te pido disculpas y solo me dices bien, —lo fulmine con la mirada.

—¡Celine!, —chillo mi mama histérica por mis palabras.

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