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(Capítulo especial)


24 de Diciembre del 2008

Kael (10 años)

Salte por la ventana de la cocina y entre la oscuridad de la noche camine hacia el árbol que se encontraba en el patio trasero, el lugar más descuidado del orfanato, con el pasto largo de meses, y unas flores marchitas.

Arrastre mis viejos zapatos hasta llegar al árbol, me gustaba venir a este lugar, era el único lugar donde uno podía estar tranquilo.

Silencio.

Mire como de apoco caía la nieve, muy suave y lentamente, alce la mano dejando que los copos de nieve se acumularan, nunca me gusto la navidad pero me fascinaba la nieve.

—¡Pero miren que tenemos aquí!.

Gire mi rostro y observe como un niño pelirrojo era empujado por un chico alto pelinegro, el niño cayó al suelo quejándose, me escondí detrás del árbol mirando con el ceño fruncido.

Conocía al mayor.

Era Greg.

Él era el chico más problemático del orfanato, siempre buscando peleas y discusiones con los demás, nunca he tenido un problema con él y espero no tenerlo nunca.

No es por miedo.

Es simplemente porque evito tener problemas que incluyan daños físicos, cuando eso sucede, no me puedo controlar.

Greg era el típico chico que le encantaba humillar a la gente, le encantaba hacerles daño y ver cómo le tenían miedo.

Que para el significaba respeto.

Me repugnaba su forma de ser y siempre había soñado con acabar con su vida, sería un favor para este orfanato, siempre escuchaba comentarios acerca de Greg y todos me aprecian bastante graciosos.

"Lo he intentado, pero no lo quieren, tiene 12 años, es difícil que adopten a un chico de esa edad y más si es agresivo y problemático".

"Solo quiero que se lo lleven, no lo soporto"

Y había más.

El niño pelirrojo se estremeció cuando Greg lo tomo de un brazo y lo levanto.

No conocía al niño pero parecía un chico de ocho años.

—No me lastimes, por favor.

—Shhh, no te he permitido hablar.

El chico tiritó cuando las manos de Greg se posaron en su rostro acunándolo de manera agresiva.

El pequeño pelirrojo puso las manos sobre las del pelinegro y bajo la mirada asustado.

—Te vi con un chico hoy en la mañana,—hablo Greg comenzando avanzar haciendo que el pequeño retrocediera hasta que lo acorralo entre la muralla que nos separaba del exterior,—¿Cómo era que se llamaba?...¿Jimy?...¿James?— el sonrió, — James, ¿verdad?.

El pelirrojo asintió.

—Digamos que no me cae muy bien, así que por tu bien y el de tu amiguito, no quiero que te acerques más a él.

—Pero—

—¡Silencio!— golpeo la muralla con su palma, haciendo sollozar al pequeño.—sabes que hoy por la noche es navidad, ¿verdad? Y yo quiero mi regalo.

—Por...por fa-favor, Greg. Te daré... mi almuerzo todos los días pero no-no me lastimes, —sollozo.

—Sabes que no quiero tu estúpido almuerzo, solo te quiero a ti, rojito.

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