XXIV

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C A P Í T U L O 24.






Celine.

Había sido tan ingenua que me quería golpear a mí misma por ser tan estúpida y caer en su juego, tal vez no me dolía tanto caer en la trampa pero si el hecho de que confié en James, puse mis manos por el pensando que había cambiado, todo este tiempo me engaño, me utilizo solo para un fin y era destruirme, porque yo no sabía que pasaba por su cabeza, estaba segura que él sabía lo que me había pasado y todo lo que Kael me había hecho y aun así lo poyó, se unió a su plan y caí, caí como una grandísima idiota. Toda esa confianza que se había ganado James, todo ese cariño y respeto que le tenía se habían ido a la mierda gracias a él solo en un par de segundos.

Al principio sabía que era raro que James se acercara tanto a mí para buscar una simple conversación pero así empezó todo, él sabía perfectamente que hacer, ¿y porque no?, si tenía al mejor actor de quien aprender. Kael. Ni siquiera me sorprendía que Kael estuviera aquí, era como si muy en el fondo de mi supiera todo esto, la sorpresa fue Carl y James que a pesar de que pocas veces interactué con Carl parecía un buen chico pero como una vez me dijo Caleb.

Las apariencias engañas, y ellos eran los amos de dicha frase.

Sentía el aire ahogarme mientras veía la espalda de James desaparecer por el inmenso bosque.

—Huye como el grandísimo cobarde que eres, ¡traidor!,— grite lo más fuerte para que me escuchara, quería desgarrar mi garganta insultándolo pero sabía que no valía la pena. Personas como James no valen la pena, son como una mierda en el mundo.

Mire mis manos llenas de tierra, temblando de coraje y las pase por mi rostro sin importar como me vería, mi pelo se encontraba alborotado y no era más, aquí enfrente de esos ojos azules, no me importaba mi apariencia. Sorbí por mi nariz y lo mire llenad e odio.

—¿Qué mierda es lo que quieres de mí, Kael?, —pregunte levantándome con cierta dificultad, mi cuerpo parecía pesado, y no podía evitar no temblar,— ya me has destruido, ¿eso es lo que buscabas no?, Destruirme. Lo lograste.

Fui retrocediendo unos pasos, él me miro y me dio una sonrisa torcida mientras se acercaba.

—No es eso lo que quiero de ti, quiero más, Celine y ahora, —dijo levantado ambas manos mostrando todo a su alrededor,— te tengo y no hay nadie que pueda detenerme.

—No te acerques a mí, —mire a mi alrededor todo verde, arboles grandes, no se veía ningún camino, —quiero respuestas y me las vas a dar—demande.

Trato de no verme asustada así que me detengo y lo enfrento.

—Bien, —estira su mano frente a mí,— vamos, hay muchas cosas que hay que hablar.

—¡No voy a ir a ningún maldito lugar contigo, antes muerta!.

El frunce su ceño, —No me obligues Celine, no quiero lastimarte.

—¿Ahora te importa si me lastimas o no?, cuando antes te importaba una mierda, —no puedo evitar que mi voz suene cortante.

Detrás de Kael, ríe Carl mirando como si esto fuera la mejor entretención.

Kael no necesita decirle nada, solo con la mirada hace que Carl se vaya, él último nombrado me da una sonrisa divertida antes de girarse e irse por el mismo camino que se fue James dejándome sola con Kael.

—Tendremos mucho tiempo juntos para hablar, Celine, así que no me hagas perder la paciencia y ven aquí.

—¿Quieres dinero?, —pregunte, —¿eso es lo que quieres?.

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