Epílogo

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E P Í L O G O

Madre de Celine.

El teléfono al cual usted está llamando no se encuentra...

Corto la llamada.

¿Cómo puede ser que la señal en esa cabaña este tan mala?, golpeo furiosa la mesa de mi cocina.

—No entra la llamada,—digo nerviosa y con un nudo en la garganta, mi pecho duele y tengo un mal presentimiento y esa llamada me dejo aun peor, la mirada de mi esposo refleja temor y preocupación, igual que la mía.

Mi teléfono suena mientras preparo las cosas para irnos donde mi hija, lo tomo contestando sin saber quién es.

—¿Si?.

—¿Con la madre de Celine?,—una voz masculina, agitada y desesperada se oye desde la otra línea.

—Si, ¿Qué sucede?, ¿le paso algo a mi hija?,—me detengo abruptamente en lo que estaba haciendo y me siento en la cama.

—No, no, de hecho quería comunicarme con su hija pero no entra la llamada y esto es sumamente importante, habla con el oficial Hall, llamo porque me he enterado que han sacado a Carl de la cárcel y han pillado muerto a James,—un escalofrío recorre por mi espina dorsal y mis manos comienzan a temblar.

—¿Co-cómo?, no es posible, el,—mi garganta ese seca,—¿Quién lo mato?.

—No sabemos pero tenemos a un sospechoso por ahora y es Carl, aun no entendemos los motivos, Carl nunca declaro algo importante durante el tiempo que estuvo en la cárcel y no tenemos mucha información, de igual manera le pido por favor que su hija se mantenga en Dallen y que no salga de ahí, pensamos que Carl puede ir tras ella ahora y en Dallen estará segura, hay policías en la entrada de Dallen que están vigilando que ninguna persona desconocida ingrese por lo tanto si su hija se mantiene ahí no correrá riesgo.

—Mi hija no está en Dallen,—murmuro, mis lágrimas se acumulan, no puede estar pasando.

—Mierda,—masculla,— tiene que entrar ya a Dallen no sabemos lo que está pasando y pensamos que el volvió por venganza.

—Pero Carl no tenía motivos para matar a James, eran amigos.

—Ellos nunca fueron amigos, señoras, ellos eran monstruos y solo buscaban beneficiarse.

Corto la llamada y rápidamente marco al número mi hija saliendo por el pasillo gritando el nombre de mi esposo.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos, no puedo salir de Dallen, los oficiales que entran en la salida y entrada, no nos permiten salir de aquí y tengo miedo, tengo miedo de que le haga algo a mi hija, ella no podría soportar esto, no cuando es feliz.

Mi esposo me abraza.

—No le sucederá nada, nuestra hija es fuerte, ya verás que contestara esa llamada y te dirá que todo está bien.

Sollozo abrazándolo, y mentalmente le ruego a Dios que me la proteja.

Celine.

Mientras ordeno la cabaña, me encargo de cocinar, aún quedan unas horas para la cena que tengo preparada, en verdad la cabaña con los arreglos que le hemos hecho con Alec ha quedado aún más bonita.

Limpio la cocina para comenzar a preparar todas las cosas, entonces recuerdo que me he dejado las verduras donde mi madre, quiero golpearme por tonta, menos mal quedan unas horas para la cena.

—Alec,—lo llamo desde la puerta de la cocina, el enseguida aparece un tanto desarreglado, lo había mandado a ordenar la habitación en la que mis padres se quedaran hoy en la noche,—podrías ir a comprar verduras, la bolsa que había comprado a quedado donde mi madre.

—¿Y por qué no la llamas para que te las traiga?,—pregunta.

—Porque ellos llegaran en unas horas más y se demoraran mucho, para entonces estaré atrasada con la cena.

—Está bien, amor— me sonríe y toma las llave del auto, se acerca dejándome un pico en los labios,—¿estarás segura mientras salgo?.

Ruedo los ojos,—sí, ve y tráeme esas verduras y en la noche tendrás una recompensa.

Él sonríe,—Mmm...atrevida,—comenta juguetón,—no me quejo.

Me rio y él se despide lanzándome un beso, cuando escucho la puerta cerrarse camino nuevamente hasta la cocina y aprovecho de echar el pollo al horno, también pongo la tetera para tomarme un café mientras espero a que Alec llegue con las verduras.

Ya haciendo todo lo que me propuse, busco mi teléfono para llamar a mi madre y saber cómo van las cosas, lo tomo y desbloqueo la pantalla, marco su número pero la señal no me permite que la llamada sea entrante, murmuro groserías mientras me acerco a cada parte de la casa intentando buscar aunque sea una barrita de señal pero no me resulta.

—Maldita señal,—murmuro abriendo la puerta, entonces al salir unos pasos de la cabaña una barrita llega a mi celular y marca mi madre.

Uno, dos, tres pitidos y al cuarto responde.

—Cariño, ¿...bien?.

—¿Qué?, perdón mamá, la señal es un malísima y no te oigo bien,—arrugo mi rostro e intento levantar mi celular pensando que me llegaría más señal pero no.

—Celine, ca—iño, ten cuidado, el—el sonido de silencio se escucha y nuevamente se escucha la voz de mi madre antrecortada,—llamó.

No entiendo ni mierdas.

—Ma, no entiendo nada, la señal es muy mala, ¿llamó quién?.—pregunto confundida.

De repente las luces de la cabaa comienzan a parpadear y maldigo, pongo el celular en la oreja y camino dentro de la casa, el ruido de la tetera hirviendo, las luces parpadeando y la voz de mi madre sonando entrecortada por la mala señal me confunde y con rapidez camino hacia la cocina para apagar la tetera mientras oigo a mi madre hablar sobre no sé qué de manera desesperada.

—Madre, cálmate, no entieno absolutamente nada.

—Te está buscando,—le oigo de repente, diciendo con desesperacion.

Entonces las luces se apagan.

—Maldición, las luces se apagaron madre,—un escalofrío recorre mi espalda,—¿quién me busca?,—lo único que oigo es un silencio a través de la linea,—¿mamá?, ¿estás ahí?, ¿quién dices que me busca?.

Hablo mientras voy tocando todo a mi paso para no tropezar y caer, intento caminar hacia la habitacion para buscar una linterna pero entonces una mano se posa sobre mi boca y chillo asustada sintiendo como soy pegada a un fuerte cuerpo, el celular cae de mi mano haciendo un ruido sordo, definitivamente esto no era una broma de Alec, oigo una agitada respiración cerca de mi oído y mantengo los ojos abiertos viendo nada más que oscuridad, la mano sigue sobre mis labios silenciándome y entonces se quién es la persona, la reconozco.

Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón palpita con fuerza sobre mi pecho.

No por favor.

—Hola, bonita.

Kael.

No murió, está aquí y no es un sueño.




Autora:

Holaaaa, no hay mucho que decir solo agradecerles por acompañarme en esta historia, por tenerme paciencia y apoyarme con sus votos y comentarios, nunca había pasado por mi cabeza que esta historia llegara tan lejos y realmente una de mis metas era terminar esta historia y lo conseguí, a lo largo de Obsesión conocí a personas maravillosas que me apoyaron mandándome mensajitos, agradezco de corazón la paciencia que tuvieron al esperar mis actualizaciones.

PERO ESTO NO ACABA.

HAY HISTORIAS DE SVAGGX PARA RATO.



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