XXXII

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C A P Í T U L O   32.

Celine.

Las palabras y el tono en el que manifesté mi repuesta no fue completamente cierta para los oídos de Kael, pues me siguió mirando.

Me obligue mi misma no torcer mi cuello hacia donde se dirigía Alec pues Kael lo notaria y se armaría un gran desmadre así que baje mi mirada al capuchino sin emitir sonido alguno.

—Estas temblando, Celine,— su tono fue acusado por lo que me vi forzada a mirarlo a través de las gafas, las cuales cubrían mi mirada nerviosa.

—Solo...tengo un poco de frío.

—Tsk,— su mirada bajo a su celular que en algún momento de mi torpeza lo saco de su bolsillo, comenzó a escribir concentradamente en él y con disimulo gire rápidamente mi cabeza echando un vistazo a todo el lugar intentando buscar a Alec pero no lograba encontrarlo.

—¿Buscas a alguien, bonita?.

Mierda.

Me gire tan rápido como pude y baje la mirada a el capuchino,— Eh...yo,— levante mi mano con nerviosismo dirigiéndola hacia la dona pero pasando a llevar "accidentalmente" la taza de capuchino el cual se derramo en la mesa,—dios, que torpe,— con eso fue suficiente para que Kael dejara de buscar lo que yo también estaba buscando y fijara su vista en mí,—lo lamento.

Tome las servilletas y seque torpemente lo que había derramado.

Mi corazón tembló del nerviosismo cuando una idea cruzo por mi cabeza.

—Iré...iré por mas servilletas,—intente levantarme pero el tomo mi muñeca de la mano derecha parando abruptamente la acción que quería realizar.

—Quédate, iré yo,— él iba a levantarse pero en eso sonó su celular.

—Contesta el celular, yo solo iré por servilletas nada más, no haré nada estúpido, no arriesgaría a mi familia a que algo les sucediera,— el sonido del celular de Kael me ponía aún más nerviosa.

Solo una acción mal hecha y estaré muerta.

—Está bien, confiare en ti esta vez,—dijo soltándome lentamente.

—Gracias.

Me perdí entre las mesas hasta llegar a la caja donde se cancelaba, ahí había una señora que me sonrió amablemente.

—¿Sucede algo, señorita?.

Me gire disimuladamente hacia Kael el cual estaba concentrado conversando por teléfono.

Bien, no tiene su mirada sobre mí.

—Necesito más servilletas, por favor,—hable poniendo mi mano sobre el mesón y golpeteando con mis dedos nerviosamente,—y un lápiz también, que me preste—susurre.

La señora me miro confundida pero asintió extrañada por mi actitud.

—Tome,—dijo pasándome las cosas.

Rápidamente tome una servilleta y el lápiz y con manos temblorosas escribí en el, no tenía mucho tiempo.

Francia.

Kael.

Mark Pride.

Ayuda lagartija.

Celine.

La arrugue en mi puño y tome algunas para luego pasarle el resto a la señora junto con el lápiz.

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