Obsesión

XXI

C A P Í T U L O     21

Kael.

—¿Enserio se lo dijiste?.

Ruedo los ojos y contesto fastidiado.

—Sí, lo he hecho, idiota.

—¿Y qué te dijo?, —lo fulmino con la mirada, —¿Qué?, quiero saber, vamos dime, Kael.

—Se ha reído y me ha dicho que no.

El estalla en carcajadas igual que Celine, escucharla reír fue tan impresionante, nunca se había reído conmigo y a pesar de que no lo esperaba fue algo muy adorable, porque aunque me enoje por su respuesta de alguna forma ya lo sabía, ya sabía que me iba a rechazar, pero no perdía nada con intentarlo, en realidad la que perdía era ella.

—Tuvo que haber sido épico, —ríe Elena mientras mira por la ventana.

Alzo una de mis cejas y la miro con cara de ¿enserio?, después de lo que había pasado aquí en mi habitación con ella no habíamos vuelto a hablar, pero dadas las circunstancias vino.

—¿Pagaría todo el dinero que me pidieran solo para ver como lo rechazan, digo, es Kael, ninguna mujer lo había rechazado, ni siquiera tu Elena.

Le lanzo un cuaderno, el cual cae en su cabeza, él se queja sobando la parte afectada.

—Ya no hagas más comentarios así, imbécil.

—Déjalo, Kael, él tiene razón después de todo, ninguna mujer te había rechazado ni siquiera yo, y sabes por qué, porque todas tenemos la esperanza de salvarte pero tu estas tan obsesionado con esa niña estúpida que no abres los ojos, acaso crees que con ella vas a ser feliz, —pregunta mirándome, el dolor y rencor reflejado en su mirada y en sus expresiones, —Ella jamás será feliz contigo porque no te ama y nunca lo hará, y tú lo sabes perfectamente y aun así haces todo por ella. Ella nunca será tu salvación, Kael.

—Deja de hablar así de ella, —digo mirándola con seriedad, —desde un principio te dije que no te enamoraras de mí, que no tuvieras sentimientos por mí, ¡así que no me vengas con esta mierda ahora si tu sabias perfectamente en lo que te estabas metiendo, Elena!.

—¡Yo no mando mis sentimientos, no los controlo!.

—¡Entonces no sé porque mierda estas aquí!.

—¿Así es esto?, —murmura, sus ojos se llenan de lágrimas y no puedo decir que me duele siquiera un poco verla así porque les estaría mintiendo, —Después de todo lo que hemos pasado juntos y me tratas así, como una basura.

Abro mi boca para decirle que se vaya a la mierda y no regrese nunca porque yo no la necesito, nunca la necesite pero mi amigo me interrumpe.

—Ya bro, Elena es mejor que te vayas,— la toma del brazo tratando de sacarla de mi habitación, de mi casa pero ella se resiste, —Por favor, saldrás más lastimada, tu sabes cómo es Kael.

—Hazle caso a este idiota y sale de aquí.

—¿Qué pasa si arruino todos tus planes?, —pregunta enojada quitándose las lágrimas con rudeza de su rostro, —¿Qué pasa si voy donde esa niña estúpida y le cuento absolutamente todo?.

—Sé que no lo harás, y tú también lo sabes.

—¿Cómo estas tan seguro que no lo hare?.

—Porque si caigo yo, caes tú. Además, —me levanto de la silla y camino hacia ella, —me amas y esa es una razón suficiente para obedecerme.