Celine.
Deje de respirar un segundo sintiendo su tacto, apreté mis manos en forma de puño y cuando quise retroceder me di cuenta que mi espalda estaba contra la puerta.
—No me has respondido y ya quieres huir.
Cuando su otra mano hizo el ademan de tomar mi rostro tome su muñeca de manera brusca fulminándolo con la mirada, apreté mi quijada con fuerza, el sabía que por dentro era solo una niña asustada pero no lo iba a demostrar, me iba a defender. No iba a permitir que me siguiera humillando.
—No, —negué apretando ligeramente su muñeca con enfado.
Su expresión de seriedad por un momento hizo temblar mis piernas pero trate de mantener mi postura, de un momento a otro sus labios se curvaron en una media sonrisa sarcástica y cínica. Solté su muñeca como si tuviera alguna enfermedad mortal y arrugue mi nariz con desprecio.
—No te sirve hacerte la valiente conmigo, Celine. Sabes perfectamente las consecuencias, —hablo con suma tranquilidad poniendo una de sus manos en la puerta acorralándome.
Apreté el borde de mi abrigo sintiendo mi corazón saltar con fuerza en mi pecho tanto que podía oír a la perfección las palpitación a las que iba.
—¿Consecuencias?, ¿de qué consecuencias hablas?, —arrugue mi frente sintiendo la rabia correr por mi cuerpo,— Seguro te refieres a que trataste de abusar de mí, ¿no?.
—No abusé de ti, —dijo rodando los ojos, pestañee sintiéndome vulnerable cuando un pequeño flashback se presentó en mi mente causando un estremecimiento, lo empuje tratando de salir; sin embargo me vi siendo empujada nuevamente a la puerta, un quejido involuntario salió de mis labios cuando mi espalda choco en la madera, Kael junto nuestros cuerpos haciendo dejándome prisionera entre sus brazos los cuales los había puesto a cada lado de mi cabeza.
Trague saliva, toda la valentía solo había durado unos segundos, ahora estaba completamente asustada. El hundió su rostro en mi cuello e inmediatamente puse una mano en su pecho tratando de alejarlo pero no pude, no lo moví ni un centímetro.
Su respiración choco en mi oído y pase saliva dificultosamente por mi garganta.
—Solo te iba a dar un pequeño susto, —murmuro tan lento y de una manera tan escalofriante que logro poner mis pelos de punta, —pero te desmayaste entre mis brazos, —dijo alejándose un poco de mi pero no lo suficiente como para calmar mi cuerpo y mi corazón, —así que tuve que llevarte a un hospital porque no reaccionabas y tu cuerpo estaba temblando, por eso la historia del asesino de... Gabriella.
Pestañee recordando lo sucedido hace días atrás, mis ojos comenzaron a picar.
—¿Por qué yo, Kael?, yo no te he hecho nada.
El ladeó la cabeza mirándome con intensidad, baje mi vista sintiéndome tan aterrorizada con el enfrente mío, sentí sus largos dedos tomar mi barbilla y levantar mi rostro, el suyo no tenía expresión, así que era difícil tener una idea de lo que pasaba por su mente, uno de sus dedos delineo nuevamente mi labio inferior, trate de alejarme de su tacto pero no lo permitió.
—Por favor, déjame en paz.
—Una vez me preguntaste lo mismo.
Hice oídos sordos a lo que dijo y lo empuje con fuerza para salir de ahí, iba a llegar tarde a donde James, y no podía fallarle, la mano de Kael me hizo pegar un pequeño salto, me volteo hacia el con un poco de rudeza, cuando iba a gritarle fui interrumpida abruptamente por sus labios sobre los míos en un beso demandante.
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Obsesión
Mystery / ThrillerNo sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que tienes. -Bob Marley. #11 en Misterio/Suspenso 11/04/2018