XVII

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C A P Í T U L O    17


Celine.

Sentía que todo a mí alrededor pasaba de manera lenta, la opresión que sentía en el pecho era horrible, no podía respirar bien. Mis lágrimas bajaban mientras veía como los paramédicos subían a Caleb a la ambulancia.

Cerré mis ojos dejando que las lágrimas bajen por mis mejillas, sollozando en silencio. Algunos agentes de la policía les preguntaban a algunas personas si habían visto a algún sospechoso. Eran alrededor de doscientos invitados, ¿Cómo mierda lo iban a encontrar?.

La brisa fresca de la noche movió mi cabello haciéndome sentir un escalofrío.

—Señorita McGleen, —abrí mis ojos y seque mis lágrimas rápidamente al ver al oficial al cual di mi declaración por lo de James, —soy el oficial Hall, —tendió su mano, su intensa mirada sobre mí.

—Si lo recuerdo, —dije estrechando su mano con la mía.

—Y yo a usted, señorita, —dijo retirando su mano.

Mire sus profundos ojos y seque mis lágrimas, —¿Puedo ayudarlo en algo?.

—Podría relatarme los hechos de la fiesta.

Asentí, —Bueno, todo estaba normal en la fiesta, ya sabe lo común en las fiestas de los Johnson, un poco de descontrol, —Bastante descontrol,— y pues de un segundo a otro las luces se apagaron al menos unos veinte segundos, tal vez. En esos segundos alcance a localizar a mis amigos pero de un segundo a otro Caleb soltó mi mano con rapidez y entonces, —un nudo se formó en mi garganta y sentí mis ojos llenarse de lágrimas, — entonces escuche un grito.

—¿Un grito de hombre o mujer?.

—Mujer, una chica había gritado horrorizada, por unos segundos todo quedo en silencio pero después muchos comenzaron a gritar y fue cuando entonces las lu-luces se encendieron y, —trague saliva y una lagrima bajo por mi mejilla, la retire rápidamente sintiendo ese nudo en mi garganta que apenas me dejaba pasar aire, —vi a Cal-Caleb en el su-suelo, —sin poderlo evitar solloce negando con la cabeza.

—Está bien señorita McGlenn, —dijo tendiéndome un pañuelo, lo acepte agradeciéndole en un débil murmuro.

—Nada está bien oficial, nada.

—Usted dice que fueron alrededor de veinte segundos con las luces apagadas, ¿verdad?.

Asentí. El oficial arrugo su frente.

—¿Dónde está el generador?.

Me encogí de hombros. ¿Esa pregunta no debería ir directamente a Judit?. Después de todo, esta es su casa.

Cuando mire por sobre el oficial me di cuenta que la ambulancia ya no estaba, maldije para mi interior, yo tenía que ir con él. Con Caleb.

—Gracias por su aporte, —dijo el oficial Hall retirándose.

Mi mirada se perdió por el camino donde la ambulancia se fue.

Grace camino hacia mí con los ojos llorosos, la mire y me lance a sus brazos llorando, ella sollozo.

—No quiero que se muera.

—Yo tampoco quiero que muera, —sollozo Grace.

—¿Cómo vamos a ir al hospital?., —pregunte separándome de ella.

—Mi madre vendrá, ya la he llamado y contado lo que sucedió.

Saque mi teléfono revisando mi teléfono, tenía varias llamadas perdidas de mi madre.

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