XIV

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C A P Í T U L O    14.



Celine.

¿Qué demonios hacia James aquí?, ¿no debería estar en la comisaria?. Fruncí mirándolo con algo de temor mientras me arrastre unos centímetros lejos de él.

Él se quejó mirando el rasguño que le había hecho en el brazo que por cierto le estaba sangrando.

—¡Estás loca!, —gruñó tomando su brazo, fulminándome con la mirada mientras avanzaba hacia mí.

Negué con la cabeza repetidas veces intentando alejarme.

—No, no te acerques o gritare, —murmure temblando.

El arrugo su frente, parecía molesto, bastante molesto y eso solo aumentaba mi miedo, ¿se escapó de la cárcel?.

—Ven aquí Celine, —gruño levantándome del suelo, me queje sintiendo su agarre demasiado fuerte en mi brazo.

—Por favor James, —me queje temblando, —no me hagas daño.

Sus grises ojos me miraron unos segundos notando mi miedo entonces James me soltó, su quijada estaba apretada. Él me dio la espalda y se alejó unos pasos de mí.

—Solo quiero hablar contigo, —habló pasando una mano por su cabello alborotándolo, sus grises ojos me miraban; sin embargo su mirada no me revelaba absolutamente nada.

¿Que escondes James?.

—¿Te has escapado de la cárcel?, —pregunte retrocediendo unos pasos.

El inmediatamente negó, —No hay pruebas que me culpen del asesinato de Thomas por eso estoy libre,— lo mire sin decir nada, después de todo lo que él había dicho yo ya lo sabía, —Y no han encontrado nada mío porque yo no lo mate.

Trague saliva, ¿Cómo iba a saber yo si eso era verdad?.

—Entonces no entiendo de que quieres hablar conmigo, —respondí masajeando mi brazo el cual segundos antes había apretado con brusquedad.

Lo escuche soltar un gran suspiro, mi mirada bajo al piso no podía mirarlo a los ojos después de haberlo visto como un asesino. Vi sus zapatillas a pocos centímetros de mí y aun así no hice el ademan de levantar mi mirada. Sentí como su mano agarró con delicadeza mi barbilla y me la levanto haciéndome topar con sus grisáceos ojos.

—Hoy a las cinco en la terraza del instituto, ningún minuto más tarde, Celine, —hablo de manera fría y cortante. Pase saliva nerviosa y asentí con algo de duda.

¿Por qué a las cinco y no ahora?, ¿acaso planeaba algo malo contra mí?. Escuche sus pasos alejándose cada vez más entonces me gire y grite su nombre llamando su atención.

—¿Por qué no hablamos ahora?.

Él se giró con sus manos en los bolsillos de su pantalón y me sonrió de medio lado durante unos segundos antes de contestar.

—Porque no.

Sin más lo vi desaparecer en el pasillo que doblaba a la derecha. Solté un suspiro tratando de relajarme, y pase mis manos por mi alborotado cabello tratando de calmar mi acelerado corazón. Camine de vuelta al salón con las palabras grabas de James en mi cabeza, ¿De qué querrá hablar conmigo?.

El día pasó con rapidez y era lo que menos quería, no quería verme envuelta en una situación incómoda con James después de haberlo dejado como un asesino delante de todo Dallen o los que ya se hayan enterado. Cuando llegue a la casa eran las cuatro y media de la tarde, solo me quedaba media hora para estar en la terraza del instituto.

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