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C A P Í T U L O      20

Celine.

—Acepta esto, Celine, acepta que hay una atracción entre nosotros, —toma mi barbilla levantando mi rostro, nuestras narices rozándose y nuestros alientos mezclándose.

Mi pecho sube y baja con velocidad mientras nos miramos a los ojos, yo no puedo, no puedo aceptar esto, no después de haber intentado algo con Caleb. Simplemente no lo puedo hacer.

—James, —suplico.

—Por favor, Celine, —murmura, su voz cargada de dolor y suplica que hace que mi corazón se estruje.

No lo hagas James, por favor, esto no está bien.

Siento la mano de James sobre mi cintura provocando que mi piel se erice. El pasa esa mano por mi cintura repetidas veces hasta llevarla a mi espalda baja, nuestros cuerpos estan juntos, pegados el uno con el otro, ambos con la respiración agitada.

Mis manos estan puestas sobre sus hombros y cierro mis ojos recargando mi frente en la suya.

—James, no me hagas esto, —murmuro tan bajo que temo que él no me escuche a pesar de la poca distancia que en este momento existe entre nosotros.

A pesar de mi suplica, el posa sus labios sobre los míos haciendo que ese simple tacto me estremezca de la cabeza hasta los pies, llevándose un pequeño jadeo.

El mueve sus labios suavemente sobre los míos como si temiera que no correspondiera, pasan unos segundos en que me quedo quieta, sin hacer nada, porque a pesar de que mi mente me grita que lo bese, mi corazón se aprieta sabiendo que no está bien esto, que necesito tiempo para olvidar a Caleb, que aunque no fue mucho tiempo el que estuvimos juntos, marco mucho en mi vida.

—Bésame, —murmura sobre mis labios. Su cuerpo tiembla, sé que él también le duele esto, —Calma esto por favor, —dice tomando mi mano y poniéndola sobre su pecho, sintiendo la rapidez de sus latidos.

Lo miro unos segundos.

Hazlo.

No puedo.

Ambos se están haciendo daño con esto.

Lo sé.

Paso mis manos por detrás de su cuello y pego mis labios a los suyos, moviéndolos suavemente, el me corresponde de la misma manera pero con más rapidez, como si de verdad necesitara esto, el me aprieta a su cuerpo con fuerza haciéndome jadear. Nuestros labios se mueven con tanta pasión, con tanta necesidad que por un momento pienso si de verdad existe la atracción de la que habla el o es solo una fantasía.

Nos separamos jadeantes, el calor sube hasta mi rostro y bajo mi cabeza, no quiero que me vea así de avergonzada, no quiero abrir los ojos, no puedo.

—Mírame, Celine, —pide en un jadeo.

Hago lo que me dice, levanto mi vista topándome con sus grises ojos que brillan llenos de emoción.

—James lo que acaba de suceder...yo no...

Él pone un dedo sobre mis labios y niega.

—Perdóname, por favor, espero que no sea tarde para disculparme, sé que te he lastimado, y que tal vez te lo seguiré causando, perdóname.

Niego con la cabeza, —confío en ti, James. Sé que no me lastimaras.

Sé que no se refiere con lastimar físicamente pero emocionalmente hace muchos años me ha lastimado, pero yo confío en James, sé que ha cambiado o eso es lo que parece.

Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora