XI. Austria.

98 17 2
                                    

Las negociaciones comenzaron, llegamos a un acuerdo para firmar un tratado justo para los vencedores, nosotros, así que nos reunimos en Breslau, Sicilia, claro se suponía que nuestros representantes irían pero Prusia me insistió mil y una veces en asistir solo para mostrarme ante Austria, para que se burlara por perder contra mí o algo así, como no aguantaba más sus berrinches (que duraron unas tres semanas) le dije que iría, la próxima vez resistiré más aunque me atrae todo lo relacionado con los países.

Así que partimos de la base, yo dije que partiría hacia el palacio y Prusia para Breslau para no levantar sospechas, cuando estuvimos lo suficientemente lejos me anexe con él con la escusa de que había temas que no tenían solución aún. Llegamos un día antes de lo pactado, fuimos recibidos por SIR. Quién antes de decirle algo a su hermano ,que se veía triste, se dirigió conmigo.

- Bienvenido su majestad, felicidades por la victoria.
- Gracias, perdón si le he causado molestias.
-No se preocupe, estaba planeado y me alegra que lograra su objetivo. Gracias por su ayuda y confianza.

Derrepente Prusia que estaba a mi lado con Gilbird en la cabeza, levantó la voz y digo claramente enojado:

- ¿!Por qué?! ¡¿Por qué no me dijiste nada?! Esto pudo dañarte y y a los demás! Si querías ayuda pudiste decírmelo, ¿!Acaso no confías en mí!?

Gilbird salió volando y yo me quedé en blanco, no sabía si intervenir o no pero entonces SIR soltó un suspiro y vio a su hermano con paciencia.

- Sabes que confío en ti pero no estaba seguro que aceptarías por eso le pedí ayuda a Federico, sabia que lo lograrías, tú siempre lo haces. Gracias.
- Pero, tú y los demás, yo...
-No pasa nada, no te preocupes, estoy bien y ellos también, necesitas mostrar tú fuerza , no temas hacerme daño, está bien.
-No, no, no lo está, yo no...
- Ya, ya calma, no pasó nada, no lo volveré a hacer.

Digo con su suave pero a la vez convincente voz pero Prusia se seguía viendo triste, nunca lo había visto tartamudear, no, definitivamente no me agrada esa expresión en él, no va a llorar pero se ve impotente, frustrado podría decir. Lo bueno es que ya nos habían instalado y nadie vio nada.

Cuando se separaron, Prusia simplemente me miró con algo de enojo, eso dolió un poco, se fue, trate de seguirlo pero SIR me lo evitó.
- Tranquilo, él está bien solo está algo desconfiado, no le gusta que le oculten cosas pero era necesario.
- ¿Realmente lo era?

No me respondió, dejo mi pregunta en el aire. También se fue.
Pase el día arreglando el tratado, sin pistas de Prusia ,ni de SIR.

 
Al día siguiente, estaba listo para recibir a Austria cuando Prusia apareció por la puerta con su traje militar con SIR a un lado, me miró por un rato, no me saludo ,solo se puso a un lado, unos minutos más tarde la puerta volvió a abrirse, un hombre como de mi edad de pelo castaño oscuro con un rulo sobresaliente, delgado , con un traje del ejército Austriaco pero más elegante y con unas gafas, parecía una persona seria, atenta.
Su expresión cambio un poco al verme pero aún así se dirigió hacia nosotros seguro.


- Un placer conocerlo, su señoría, no estaba enterado de su presencia aquí espero que no sea por algún problema en el tratado.
- Kesesesese el único que tiene un problema eres tú, por perder contra el grandioso yo kesesesese!

Lo bueno es que solo estábamos los cuatro en la sala, él hombre soltó un suspiro, se acomodó los lentes y continuó:
- De menos, no atacó sin pensar a mi familia.

Prusia mostró una expresión molesta y cuando estaba a punto de empezar a gritar, SIR intervino:

- Ya basta ustedes dos, Roderich pensé que mantendrías la postura enfrente del rey pero veo que me equivoqué y Gilbert atacó con mi permiso. Tú también no te dejes llevar por lo que digan, tontos.

Su mirada penetraba a ambos, él claramente es Austria, supongo que al usar sus nombres humanos le da más peso porque ambos se habían encogido por el regaño. Trate de aligerar el ambiente empezando con nuestro asunto.

- Ahora, ¿Podemos continuar con la firma , señor Roderich?
- Austria, su señoría, perdón por mí comportamiento y claro que podemos proseguir.

Leí el tratado mientras Prusia le hacía caras de burla a Austria y este controlaba su enojo golpeteando la mesa mientras que SIR los miraba como quien espera el momento en el que una pelea de desate.
El tratado nos otorgaba los ducados de Sicilia excepto algunos al sur del río Opava por lo que decidí agregar el Ducado de Nysa y el Condado de Kladsko,también el poder navegar por el río Oder ,vi que esto no le gusto a Austria pero acepto de mala gana ya que él seguía teniendo control sobre Sicilia Checa . El tratado se firmó el 11 de junio de 1742.
Después de la firma, Austria se dirigió a mí.

- Felicidades ,rey Federico, espero no volver a enfrentarnos porque la próxima vez no ganará.

¿Qué? ¿Me está retando? No me da nada de confianza eso, tal vez quiera volver a iniciar la guerra, espero que no.

- Gracias pero si la situación se presenta, no dudaré ni un instante en atacarlo por el bien de Prusia.
- Si ese es Fritz! Mi rey! Kesesesese en tú cara, señorito podrido! Te vencería cuando quieras kesesesese.
- Agg claro, haz lo que quieras idiota.

Después de eso Austria se marchó, no sé si provocarlo fue bueno pero sé que no iba a dejar que me amenazara, tengo en mente algo más para detenerlo definitivamente pero preferiría no hacerlo, la guerra cansa.
Prusia se puso muy feliz y cenamos juntos, él le estuvo contando toda la guerra a su hermano quién sonreía y acentia orgulloso, de vez en cuando soltaba un comentario animando a su hermano, me agrada ver a estos dos conviviendo.
Al día siguiente, nos despedimos y emprendimos la marcha hacia Berlín, lamentablemente tengo que ver otra vez a Francia.

A tú ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora