A tú lado

XIV. Batalla de Hohenfriedberg.

Después de eso decidí volver a hablarle, no tanto solo lo suficiente. En tres días ya estábamos camino a Bohemia pero en el transcurso, nos informaron que tropas Austriacas estaban cerca y preparadas para atacar. Decidí organizar una emboscada.

G-Fritz no deberías de subestimar al señorito, vamos ganando pero las cosas pueden cambiar muy drásticamente.

F- Prusia pensé que podrías ganarle cuando quieras.

G- Kesesesese claro que puedo pero dejar que se acerquen es peligroso.

F- Confía en mi, no te volveré a fallar además recuerda si quieres atrapar a un ratón, debes dejar la trampa abierta.

G-Kesesesese extrañaba esto.
F-¿Qué?
G- eh? Nada , solo que mi awesome persona está listo para la batalla y que no me haz fallado ... Jamás lo harías.

Eso fue agradable aunque es algo extraño que después de empezar a hablarle, nunca me preguntará la razón por la cual lo ignoraba pero está bien así realmente no sé la razón del dolor de Francia, ni la sabré, me da miedo pero estamos bien ahora, no debo tomar decisiones apresuradas por cosas que desconozco.

Después de eso Gilbert con Gilbird lideraban las tropas, volvía a tener esa sonrisa que animaba a todos, totalmente confiada y alegre, es un alivio que vuelva a sonreír así pero en un campo de batalla es algo raro. Francia lideraba a los que atacarían desde el flanco derecho, yo decidí quedarme en la retaguardia.

Mi plan resultó excelentemente, los derrotamos aplastante mente en la batalla de Hohenfriedberg. Prusia estaba radiante y aunque tuviera su traje lleno de sangre del enemigo se reía a carcajadas, Francia trataba de controlarlo pero él también estaba contagiando se de su felicidad, todos lo estábamos, no fue una larga batalla y no hubo muchas bajas pero la victoria nos complació a todos. 

Pero la felicidad no duró mucho debido a la noticia de la coronación de María Teresa de Hasburgo al trono del Sacro Imperio Romano, el 13 de septiembre de 1745, Gilbert se enojó demasiado con la noticia, tanto que se fue a ver a su hermano sin decirle a nadie, llegó seis días después y cuando Francia y yo lo cuestionamos solo digo: Voy a patear el trasero a ese infeliz.

Y así fue, perseguimos a los Austriacos que habían huido hasta que por fin los acorralamos en Bohemia, el día 30 de septiembre 1745 en la batalla de Soor, "hicimos correr a los austriacos" me decían algunos mariscales, otros expresamente se burlaban diciendo: "Oí que el Príncipe Lobkowitz tuvo que fusilar a los soldados por cobardía jajaja ,son una canallas!".

Las tropas ahora me alababan por mí excelente estrategia aún que admito que el error de Mollwitz me hizo aprender varias cosas que en el futuro pueden ser útiles en batalla pero lo que me preocupaba en ese momento era Prusia, la victoria era nuestra pero a la reina no la podríamos derrocar así.

Estaba en el comedor general (me agrada estar junto a mis tropas además se dan cuenta que me importan y aunque sea su rey, la victoria es de todos) cuando Prusia entró apresurado, sabía que ya había llegado hace un rato por qué Gilbird me viene a picotear cariñosa mente cada vez que llegan ( esta ave no solo tiene buena vista, sino qué también un excelente olfato) pero no lo había visto, me contaron que mataba a  diestra y siniestra a todo el  que se le pusiera en su camino, algunos hasta tenían pena de nuestros enemigos  por la muerte tan brutal que les daba Gilbert, cuando luchamos juntos no lo vi tan agresivo como cuentan pero se notaba su experiencia y su "frialdad".

Me buscó con la mirada, se había dado un baño y cambiado con un uniforme limpio que se le veía muy bien, cuando me vio se acercó corriendo con una sonrisa que no presagiaba nada bueno.

- eh! ... su majestad por favor acompañe jeje
- Pero pero no he terminado de...

En eso Prusia me jalo y me llevó a rastras afuera, yo que trato de mejorar mi imagen ante los soldados, bueno aún así me llevo hasta una parte alegada del campamento.