XVI. Culpa II

78 16 0
                                    

A la mañana siguiente, estaba profundamente dormido cuando sentí un pequeño jalón en mi pelo, era tan insistente que abrí los ojos cansado, ahí estaba Gilbird con un mechón de mi pelo en su pico, aaaaa yo que quiero dejarlo crecer como el de Francia, siempre lo quise largo pero mi padre siempre me lo prohibió pero ese no es el asunto,derrepente su estridente risa me despertó completamente.

G-Kesesesese arriba Fritz ARRIBA!!
F- aaa Prusia tengo sueño, hoy me voy a quedar en la cama.

G- Ni hablar, vamos a salir!
F- eh?
F- Párate rápido, vístete, ya tengo los caballos listos kesesesese.

Prusia salió corriendo y Gilbird lo siguió, no puedo volver a dormir así que me levanté, me preparé y salí. Había ocho caballos, Gilbert y SIR estaban parados con trajes militares en la entrada con seis soldados más, dos con la bandera prusiacas, todos al verme se inclinaron ¿Qué está planeando?

Les di la señal para dejar de inclinarse, todos se levantaron y subieron a sus caballos, ahí en medio de todos estaba mi caballo, lo malo es que nunca tengo un caballo en específico en la guerra muchos murieron entre las balas así que decidí no encariñarme de ellos, subí en él, a mi lado Gilbert sonreía y al otro SIR se veía tranquilo extrañamente se ve más grande de lo que es en un caballo, adelante dos, atrás los dos con las banderas y uno al final, una escolta, voltee a ver a Gilbert y me susurró:

G- Vamos a dar una vuelta por el pueblo.
F- Gilbert estoy cansado.
G- Vamos Fritz, quiero mostrarle el pueblo a mi hermano y a ti te van a alabar por la victoria kesesesese.

Esta tan feliz que no puedo decirle que no, así que salí acompañado de mi escolta, Gilbert aún con los soldados a nuestros alrededores, nos platicó muchas cosas y datos interesantes sobre los monumentos, las calles, leyendas, lugares para beber, etc, yo estaba sorprendido, muchas cosas no las sabia y SIR asentía de vez en vez. No habíamos desayunado así que paramos en un restaurante que le gustaba a Gilbert, mi presencia fue descubierta al instante, todos ahí se pararon y inclinaron.

F- Gracias pueden seguir disfrutando sus alimentos, solo viene a dar un paseo.

Muchos sonrieron, otros me felicitaron, mi gente era tan buena y amable creo que haré esto más seguido teniendo como guía al mismísimo país, sería excelente. Fuimos tratados como reyes         ( aunque eso es lo que soy je) desayunamos cosas muy ricas y pude disfrutar mi chocolate matutino después del desayuno seguimos nuestro camino. Todos me saludaban y felicitaban mientras Prusia les contaba mis estrategias con mucho orgullo, SIR y los demás estaban más atentos a mi seguridad que nosotros.

Llegamos por la tarde al palacio y comimos juntos como ayer, Prusia siguió comentando cosas ahora sobre este palacio, es increíble escucharlo, su sonrisa no se va desde la mañana creo que fue buena idea proponer le a SIR que se quedará.

En un rato todos fuimos a dormir, por fin pude descansar o eso pensaba pensaba por que en mitad de la noche desperté agitado como siempre me pasaba con esa pesadilla, siempre la misma, sus palabras, sus besos, sus caricias y rojo, rojo intenso, profundo del cual no puedo salir hasta que la espada salía de su cuello y despertaba. 

¿Por qué?¿Si tan solo pudiera cambiar como fueron las cosas? Fui un tonto, un tonto que sigue teniendo miedo de repetir los mismos errores, no, no, no, debo seguir aquí por él aunque duela, aunque no quiera hacer esto, sería un cobarde, el, lo extraño tanto que no puedo, ni quiero olvidar, es mi culpa, mi culpa, mi culpa, yo lo mate, esa es la verdad, no fue mi padre, fui yo.

 
Antes era peor, no era de vez en cuando, era todas las noches ahora han disminuido bastante pero siguen siendo terribles tal vez al igual que Prusia, la culpa me carcomía pero está bien,la merezco, yo lo maté,asesine a la persona que más amaba por un estúpido deseo de libertad. No note cuando volví a dormir.

Cuando desperté eran las once de la mañana, muy tarde pero ya no estoy cansado, me levanté,me arregle y fui por mí chocolate, trabaje durante varias horas, ni idea de dónde podría estar Prusia, ni SIR, no importa que se diviertan juntos, ya más tarde no pude seguir leyendo, ni firmando nada, tenía la mente en otro lado, en él, como era antes, han pasado tantos años desde que aquel día pero yo sigo culpando me así, yo sigo extrañando lo, basta tengo que pensar en otra cosa así que me paré y fui a la pequeña sala de instrumentos que había en el palacio.

Ahí estaba mi flauta, siempre me relajaba tocar además que me gustaba demasiado, je ahora que lo pienso no he tocado desde que ascendí, estaba interpretando uno de mis primeros sonetos cuando una pequeña figura abrió la puerta. Su corto cabello rubio y sus ojos azules siempre lo destacaban.

S- Su majestad, no sabía que tocaba.
F- Je si es una de mis mayores aficiones
S- Me encantaría escucharlo, ¿Me permite?
F- Claro SIR, siéntate.

Si hace mucho que no tocaba, hace mucho más que no tenía público, recuerdo a mi hermana tomando té mientras me escuchaba, siempre me felicitaba, en algunas ocasiones se me unía con otra flauta. También algunas de mis hermanas pequeñas sabían tocar ahora realmente me falta alguien que toque el piano para acompañarme. Seguí tocando hasta que la partitura acabo.

S- Fantástico su majestad, realmente tiene un don con el instrumento.
F- Gracias. Aún que me gustaría tener un pianista para el acompañamiento si no se escucha muy seco.

S- O no necesita un pianista, ya lo tiene.
F- ¿SIR sabes tocar el piano?
S- Si pero me refería a Gilbert, es excelente tocando, yo no soy tan bueno.

F- ¿Prusia?
S- Si, si aunque...
F- ¿Qué sucede?
S- Él es muy bueno pero es difícil hacerlo tocar.

F- ¿Por?
S- Austria es un prodigio en el piano y Gil es muy bueno pero no toca porque si Roderich se enterará, lo menospreciaría.

F- Pero Austria no se enterará.
S- Lo sé pero así es Gil. Bueno su majestad, lo buscaba para avisarle de mi partida, tengo asuntos con la nueva reina y tengo que volver.

F- Claro, que lastima que no se pueda quedar más tiempo.
S- Si, lo lamento.

Acompañe a SIR a la salida donde estaba Prusia preparando el caballo de su hermano, subió y vi que le dijo algo al oído a Prusia, este solo puso una mueca rara, después vimos como se alejaba.

A tú ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora