jû shi

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Kim SooYun, dieciséis años de edad

Entrando en el salón de música, SooYun supo que algo terminaría muy mal. Su mirada se cruzó con aquellos oscuros ojos destellantes de rencor e intentó demostrar que su presencia no le movía ni un solo pelo. No le tenía miedo, y eso hasta el mismísimo JaeSung podía sentirlo. Y cuando SooYun pasó a su lado, pretendiendo dirigirse a su batería, un leve jadeo se le escapó al sentir los dedos del mayor clavándose sobre la piel de su brazo. JaeSung siempre había sido abusivo con los demás, pero nunca con ella.

—¿Se te ofrece algo? —le preguntó ella, apretando los dientes y mirándolo de reojo.

—¿Creíste que me olvidaría de lo que hiciste? —escupió con rabia, aumentando su agarre sobre el brazo de SooYun.

—No, es más, me alegro de que lo hayas recordado —sonrió ella de forma desafiante.

JaeSung sintió esa furia tremenda que YoonGi le había hecho sentir meses atrás. SooYun sabía, al igual que el ya mencionado chico, desafiarlo sin una gota de miedo en sus facciones. Le hacía verse débil y él mismo sabía que aún le costaba ignorar sus sentimientos hacia ella. Aún sentía una inmensa indignación al recordar cómo se había preocupado por YoonGi y lo había mirado como él deseaba que lo mirase. Pero él sabía que siempre sería un monstruo ante sus ojos, aún después de todo lo que había hecho por ella.

JaeSung la tomó con brusquedad por la barbilla y le obligó a mirarlo directamente a los ojos. Y por fin percibió eso que no quería causarle. Era escaso, pero esta allí. Ese destello de pánico ante su presencia. No quería que ella sintiese eso, pero sus actitudes no coincidían con aquel pensamiento. Parecía ser, por un momento, que se estaba vengando de cierta forma.

—Me dejaste en ridículo frente a todos.

—Te lo merecías —sentenció con firmeza y una oleada de odio atravesó sus ojos.

Y ahí estaba otra vez, ese genuino desprecio hacia él. Podía entenderlo, pero no le agradaba ser visto de esa forma. A JaeSung aquella mirada le dolía más que nada.

—Ya deja de mirarme así—le pidió, apretando los dientes y estrechándola con fuerza entre sus brazos. Por más que él no quisiese admitirlo frente a nadie, ni siquiera a él mismo, el temible Park JaeSung era vulnerable ante SooYun. Ella había sido siempre la chica de sus sueños, la que anhelaba desde que tenía memoria, pero sabía que ella nunca lo amaría. Lo había confirmado cuando SooYun decidió comenzar a asistir a las clases de la maestra Han; cuando llegaba antes de tiempo y se quedaba observando por la ventana con admiración y asombro. Él lo supo entonces; SooYun estaba enamorada de Min YoonGi, el pianista que asombraba a todos en el Instituto en cada Show de Talentos, el alumno sobresaliente, y desde ese momento, su mayor enemigo y obstáculo. Por más que SooYun le había negado que conocía a YoonGi y que le interesaba románticamente, él sabía que le estaba mintiendo para conformarlo.

—¿Cómo quieres que te mire después de lo que hiciste? ¿Con orgullo?—dijo ella de forma amarga e irónica. JaeSung sintió el esfuerzo que hacía por apartarse de él, pero no se lo permitió para nada. No sabía si tendría nuevamente una oportunidad de abrazarla de esa forma—. J-JaeSung... déjame ir.

—¿Ahora soy yo el villano en la historia? ¿No sabes todo lo que él me hizo?—le preguntó con un dolor que ella percibió como falso. No podía creer el cinismo en las palabras de JaeSung, y mucho menos que siguiese jugando a la víctima cuando era, claramente, el culpable. Ante su silencio, él aprovechó para seguir con lo que había comenzado—. Ese bastardo ha arruinado todo entre nosotros...

ʜɪᴋɪᴋᴏᴍᴏʀɪ ; ᴍʏɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora