ni-jû shichi

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Min YoonGi

El canto de algunos grillos, la brisa golpeando con gentileza mi rostro, el aroma a la naturaleza en general que traía paz a cualquier situación... Todo aquello era algo que jamás creí que podría volver a percibir debido a mi encierro, pero lo estaba logrando. Recostarme sobre el pasto y cerrar los ojos, disfrutar de todo lo anteriormente nombrado y sentirme, por un mísero momento, alguien distinto... era algo único. Gracias a JungKook, estaba pudiendo ser partícipe del exterior por una vez más, después de tanto tiempo, y la forma menos nociva para alguien como yo.

─Es realmente bonito ─murmuré, en un tono relajado. Abriendo los ojos lentamente, giré mi cabeza para observar a JungKook a unos pocos centímetros lejos de mí.

─Lo es... Debe ser lo único bueno de este lugar ─me sonrió, escaneando sus alrededores. Aquella sonrisa no se le borraba del rostro e iba incrementando con el pasar de los segundos. Decidí ponerme de pie, algo entumecido por haberme recostado por bastante tiempo en el suelo. Me acerqué al montón de flores a un par de metros de nosotros, colocándome de cuclillas para observarlas mejor.

─Me había olvidado de cómo se sentía visitar lugares así... ─le comenté a JungKook, riendo ligeramente con algo de pena hacia mi situación. Acaricié con la punta de mis dedos delicadamente los pétalos de las flores, intentando recordar su nombre.

A pesar de estar bastante entretenido contemplando el paisaje, fui quedando helado en mi sitio a medida que unos pasos se hicieron presentes detrás de nosotros. Lo primero que pensé fue que estábamos acabados, que nos habían descubierto. Pero lo curioso era que cuando observé a JungKook de reojo, totalmente alarmado, él no parecía perturbado ante ese hecho, incluso era como si no lo notara en lo absoluto. Él solamente apoyó la cabeza sobre el tronco del árbol, y allí cerró los ojos mientras sonreía levemente sin separar sus labios. ¿Se trataba de la enfermera, entonces? Sino, no habría razón para encontrarse tan relajado.

─Son claveles blancos... Simbolizan la inocencia, el amor, el renacimiento y la esperanza... ─aquella voz femenina que sonó no era la que esperaba escuchar. Mi cuerpo entero reaccionó instantáneamente, siendo víctima de un escalofrío que me estremeció por completo. Mi corazón pareció encogerse, un nudo se fue formando en mi garganta a medida que los pasos se iban acercando aún más. Muchísimos pensamientos corrieron por mi cabeza en aquél momento, junto a un montón de dudas sobre si era lo más adecuado creer en lo que estaba escuchando. ¿Podía confiar en esa voz que estaba sonando tan dulce en aquél momento? No sabía realmente... Lo único que pude hacer fue ponerme de pie y continuar dándole la espalda a esa persona. ¿Era el miedo que me paralizaba en ese momento? ¿El pensar que no encontraría nada si me volteaba? ─. Se utilizan para demostrar amor puro y para... pedir disculpas ─continuó aquella voz, en un tono aterciopelado y casi débil. Sus palabras y el viento que aullaba entre las hojas de los árboles conformaban la orquesta que sonaba en la noche y, evidentemente, retumbaba en mi cabeza hasta acelerar mi pulso. Apenas me di cuenta del momento en el que mis ojos se llenaron de lágrimas que me nublaron la visión ─. Me recuerdan a... ti ─murmuró en un hilo de voz, y las pisadas dejaron de hacerse escuchar sobre el césped. Sus brazos me rodearon desde atrás de una forma cálida. Aquél abrazo fuerte me envolvió, percibí un perfume que recordaba perfectamente y el calor de un cuerpo que no podría confundir jamás. Me había olvidado de respirar por unos segundos, y miles de sentimientos invadieron mi ser en ese momento hasta hacerme dudar de que era una escena posible. Aquellos brazos me sostuvieron con mayor firmeza, haciendo que las lágrimas no pararan de brotar de mis ojos. Cuando mis articulaciones por fin reaccionaron, aparté delicadamente aquellos brazos de mí y decidí voltearme en su dirección.

¿Alguna vez han sentido que toda la felicidad acumulada dentro de su cuerpo los abrumaba de tal forma hasta hacerles creer que podría ser todo parte de un absurdo sueño o que podría desmoronarse como una casa de cartas? ¿Alguna vez miraron a alguien y sintieron que era casi irreal, que podría desaparecer ante el mínimo tacto de sus dedos sobre su piel?

ʜɪᴋɪᴋᴏᴍᴏʀɪ ; ᴍʏɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora