Back To You #2 (Louis Tomlinson y tú)

•Capitulo 8•

-Chicos, en quince minutos estaremos llegando al hotel. -Nos informó Paul, desde la cabina principal del micro.

Toda la trayectoria desde Manchester hasta aquí me había dedicado solamente a mirar por la ventanilla la infinidad de paisajes que habían a lo lejos.

Tenía mi auriculares puestos, y en estos sonaba mi canción favorita "Look After You" de mi banda preferida, The Fray.
Podría escuchar esa canción mil veces sin cansarme.

Mientras observaba por la ventana, pude notar que a lo lejos ya se empezaban a ver las pequeñas casas y edificios, lo que indicaba que faltaba poco para que llegáramos a nuestro próximo destino,Londres.

Allí sería nuestro próximo, y uno de los últimos, show de la gira del álbum Take me home.

Niall y Bárbara se encontraban literalmente comiéndose la boca apoyados en una de las ventanas del bus.
Reí, seguro se veía todo desde afuera.

Harry, por otro lado, avisó que se iría al baño, y casualmente Taylor estaba allí también.
Reí nuevamente, el rizado no sabía disimular.

Liam se encontraba en los asientos de adelante mío junto a Sophia, ambos tomados de las manos mientras bebían té.
Estaba bastante frío, y la calefacción del micro no era muy buena.

Y por último, Zayn y Gigi.
Hacía ya varios minutos que salían sonidos extraños de una de las habitaciones del bus, obvio que ya sabíamos lo que eso significaba.

-¿Podrían ser menos ruidosos? Gracias. -Les gritó Niall, para luego volver a abalanzarse sobre Bárbara y reír.

De repente todos se quedaron en silencio, reímos.

Aún quedaba tiempo para llegar, el tráfico aquí solía ser insoportable así que duraríamos más de quince minutos.

Desde donde estábamos ya podía visualizar a lo lejos el famoso Big Ben, característico de ese lugar.

No se cómo ni en qué momento me perdí tanto en mis pensamientos, pero en el momento en que vi el London Eye una oleada de recuerdos llegó a mi mente como un rayo.

Flashback

-Louis, me da miedo.-Me dijo ___, mientras señalaba la gran altura que la atracción poseía, mirándola con terror.

-¿Es enserio? -Le dije, riendo en un tono burlón.
Entendí que no era una broma cuando ella se volteó y me miró mal.

-No te rías, es enserio.-Habló, pegándose más a mí.

-Pensé que te había gustado la sorpresa...

-¡Si! ¡S-si me gustó! Solo que... me da un poco de cosa nada más. -Dijo, dedicándome una sonrisa tratando de convencerme.
Sabía que no le había gustado, le temía a las alturas.

-Tranquila... ¿Sí? -Le susurré, mientras tomaba su mano y la apretaba con fuerza.
Ella me devolvió el apretón, y se tensó al ver que la fila para subir avanzaba.

Cuando nos tocó, nos subimos y en cuestión de pocos segundos el juego arrancó, haciendo sonar el motor.

Ella no había soltado mi mano en ningún momento, y a medida que ganaba altura se acercaba cada vez a mí.

-Wow. -Dije, una vez que estuvimos arriba, al ver lo hermosa que se veía la ciudad desde ese punto. Realmente impresionante.

Ella, de a poco, fue abriendo los ojos y sorprendió al igual que yo.
Era una vista espectacular.

-Es... es... hermoso. -Habló, dejando de lado el miedo por completo.
Tenía la boca abierta en señal de asombro y miraba con admiración todo por debajo.

-____.-Le susurré, y ella se dió vuelta a mirarme.

-¿Qu.. .? -No le dí tiempo a contestar, y junté mis labios con los suyos.
Pude sentir que reía en medio del beso, haciéndome reír a mi también.

-Cariño, ¿Estás bien? -No me dí cuenta de que Eleanor estaba frente a mí, tratando de hacerme reaccionar.
Tampoco noté que tenía una gran sonrisa de estúpido en mi cara y mis mejillas teñidas de un color carmesí.

-¿Q-qué? -Le pregunté, sacudiendo mi cabeza y tratando de alejar ese pensamiento de mi mente.

-¿Estás bien? ¿Ocurre algo? -Preguntó, con curiosidad y preocupación en su mirada.
Yo simplemente volví a mirar hacia la ventana.

-No, no, solo estaba pensando. -Le contesté.

Tampoco me había percatado de que ya estábamos en la ciudad de Londres.
Una sonrisa nostálgica se apoderó de mi rostro al instante, cada lugar que veía me traía un recuerdo. Hacía mucho tiempo que no veníamos aquí.

Miré a los chicos, los cuales también se encontraban mirando todo, y seguro estaban igual que yo.

Me hizo falta eso para darme cuenta que nunca la olvidé, y seguía pensando en ella como el primer día.