•Capitulo 32•

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No sé cuánto tiempo pasó desde que los chicos comenzaron a explicarnos que había ocurrido, pero podía presentir que mucho, ya que cuando acabaron leves rayos de sol se interceptaban por la ventana, lo que indicaba que ya estaba amaneciendo.

—Eso fue lo que pasó. —Habló Harry, acompañado de un suspiro.—Jamás dejamos de quererlas o algo por el estilo.

En ese momento, miró en dirección a Silver, parecía bastante apenado. A simple vista se notaba que tan solo con su mirada le estaba pidiendo perdón.

—Lo entendemos. —Dijo Valentina. Por suerte ya había parado de llorar, aún así su voz sonaba bastante apagada. —Lo que nos dolió fue el hecho de que ni siquiera avisaron que se irían.

Los cinco bajaron la cabeza a la par, en coordinación.

—Perdón. —Habló Zayn, tomando la iniciativa.
Nos dió un vistazo a todas, una por una, deteniéndose en Julieta y Tyson.
Una leve sonrisa melancólica escapó de sus labios.

—Les pedimos perdón, de todo corazón. —Esta vez quien habló fue Niall, mirando en dirección a Guadalupe, expectante por cual pudiera ser su reacción.

—Perdón. —Dijeron Louis, Liam y Harry a la vez, levantando la cabeza.

Silver, Valentina y yo sonreímos al instante.
Estaba feliz, feliz de que ellos pudieran aceptar sus errores y tener la valentía de venir hasta aquí y pedirnos disculpas. Estaba segura de que no cualquiera haría eso, y menos sabiendo que podríamos haber reaccionado de mil y un maneras y lo hicieron igual, sin importarles nada más.
Estaba feliz de que pudiéramos arreglar nuestras diferencias, porque a pesar de todo, el amor por ellos seguía allí, intacto, desde el primer día, a pesar de que lo negaramos, todas sabíamos que era así.

Sin embargo, eso fue lo peor que pudieron haber dicho para Guadalupe y Julieta.

En tan solo cuestión de segundos, todo se volvió un completo caos, otra vez.

Julieta se enfureció, podría jurar que jamás la había visto de esa forma.
Dejó al pequeño Tyson en el suelo suavemente, quién lloraba por el repentino cambio de humor de su madre.

Silver inmediatamente lo tomó entre sus brazos para calmarlo.

Guadalupe también se enojó bastante, y sin perder ni un segundo más de tiempo se fue con la morena a hacerle frente a los chicos.

En tan solo instantes, todo el ambiente se convirtió en gritos, insultos, palabras hirientes y todo ese tipo de cosas.

Había sucedido tan rápido que ni siquiera me dió tiempo a reaccionar o a tomar el control de las cosas.

Yo me limité a quedarme de pie, tan solo mirando todo lo que ocurría a mi alrededor.
Estaba totalmente quieta, lo único que se movía eran mis ojos, yendo de un lado a otro por la habitación, mirando todo con detalle.
Mi respiración se volvió algo entrecortada debido a lo que veía.
No podía creerlo, y es que simplemente trataba de comprenderlo pero no podía.
¿En qué momento nos convertimos en esto?
¿En qué momento comenzamos a odiarnos de esta manera?

Podía sentir una presión horrible en mi pecho que se hacía cada vez más fuerte.

Rápidos flashback comenzaron a pasar por mi mente.
Recuerdos.
Recuerdos de cuando solíamos ser más unidos que nunca, cuando no nos separabamos ni un momento, cuando reíamos juntos todo el tiempo, cuando solíamos ser alegres al lado de los otros.
Cuando nos hacíamos felices mutuamente.

Sin darme cuenta, mis ojos comenzaron a aguarse y mi labio inferior comenzó a temblar, reteniendo las ganas de llorar.

Los gritos e insultos seguían, y aumentaban cada vez más.
Yo no podía seguir aguantando esto.

Back To You #2 (Louis Tomlinson y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora