•Capitulo 21•

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—¿Z-zayn... ? —Dijo Julieta, con apenas un hilo de voz y una expresión atónita.

Tyson, al escuchar la voz de su madre, inmediatamente se removió y su llanto cesó por primera vez en varios minutos.
Levantó su cabecita para mirarla, y ella sonrió al entrelazar la mirada con el pequeño.

Leo y yo teníamos cara de querer desaparecer de allí en ese instante. Louis miraba atento la escena, y Zayn, por su parte, miraba a Julieta y a Tyson estupefacto, sin saber que decir.
Podía notar por el brillo de sus ojos que estaba reteniendo las lágrimas, aunque no quería demostrarlo.

Un silencio incómodo invadió la habitación.

Fue en ese momento en el que me di cuenta que lo mejor sería irme de allí y dejar que Zayn y Julieta hablaran con tranquilidad. El ambiente se había vuelto pesado para todos los presentes.

Y como si me hubiera leído el pensamiento, Louis habló.

—____... ¿Puedo hablar contigo? Ejem... a solas. — Dijo señalándome la puerta con su cabeza, que estaba entreabierta.

Lo primero que hice fue mirar en dirección a Leo para comunicarle con una mirada furtiva que no se le ocurriera hacer una escena como la de recién.

—Claro. —Respondí.

Caminé hacia donde se encontraba Julieta y le di a Tyson, quién se aferró fuertemente a ella.
Julieta estaba en estado de shock, confusa, y no despegaba su vista de Zayn.

La miré por última vez, y seguí a Louis quién ya estaba saliendo de la habitación.
Cerré la puerta detrás de mi, y apenas volteé ya tenía a Louis a pocos centímetros de mí.

—Sígueme. —Sentenció, emprendiendo camino por los pasillos en dirección a la cafetería.

Yo me limité a seguirlo, sin siquiera contestarle.

                            (...)

La cafetería se encontraba bastante silenciosa y oscura. Tenues luces iluminaban el lugar, haciendo que se viera bastante aterrador. Las acompañaban vibraciones de las tazas, vasos, cubiertos y otros utensilios de cocina por una corriente suave de aire, y una radio a bajo volumen, que emitía sonidos extraños.

Un par de ancianos y uno que otro joven se encontraban dispersos en el lugar, leyendo el periódico o con sus celulares.

Louis se acercó a una de las mesas libres, y extendió una silla para que me sentara.
Él se sentó en una frente a mí.

Tenía mi vista fija en el piso, no soportaría mirarlo a la cara, no quería hacerlo.
   
—No voy a pedirte que me perdones... —Comenzó a hablar, llamando mi atención. — Mucho menos que todo vuelva a ser como antes...

Levanté mi vista por una milésima de segundo, y él también miraba hacia el suelo.

—Lo único que te pido... —Suspiró. —Es que me escuches.

Suspiré también, conteniéndome de decirle todo lo que había estado guardando este último tiempo y que me golpeaba por dentro pidiendo salir a la luz para poder por fin desahogarme.

—Todo comenzó una mañana, en la que nos llamaron confirmando que habíamos quedado en el programa....

                               (...)

—Y aquí estamos ahora...  —Suspiró, luego de varios minutos de estar hablando. —Jamás quisimos separarnos de ustedes.

En su mirada podía notar sinceridad, pero a la vez había algo que no me dejaba creerle completamente.
Lo conocía, y sabía que algo estaba ocultándome.

Back To You #2 (Louis Tomlinson y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora