Capítulo 32

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- Buenas tardes.- Saluda un joven de unos 19 años, alto, rubio, delgado, ojos verdes, en concreto un personaje salido de una película.

- Buenas tardes.- Lo saluda mi mamá.- De parte de mi familia le traemos este pastel para darle la bienvenida, nosotros vivimos en frente.- Le señala la casa.- Por si algún día necesita algo no dude en pedirlo.

- Muchas gracias...

- Ah, Ariana, sólo así, no me digas señora que me siento más vieja.- El joven esboza una sonrisa.

- Bueno, gracias yo soy Robert

Sonríen y mi mamá da la vuelta para irse, pero yo no hice nada, no podía quedarme con la duda.

Me doy la vuelta.- Robert, puedo ayudarte a meter tus cosas.

Se pone bastante nervioso.- ¿Seguro? P-porque son muchas y pesan.

- Sí, estoy seguro.- Esos nervios eran de algo y yo descubriría ese algo.

Lo ayudé a meter la mayoría, hasta que sólo quedaban un par de cajas y el piano. Iba a tomar las cajas pero me detuvo.

- No. Yo lo hago, tú no las agarres.- Me toma de el hombro con actitud entre nerviosa y agresiva, además de preocupación.

- ¿Está bien?.- Contesto, era obvio que escondía algo.

- Oye, sobre ese piano, ¿sabes tocarlo?

Su expresión cambia totalmente.- Creo que es hora que te vayas.- Me ordena bastante serio.

No tenía pensado discutir, así que sólo asentí y me fui. Pero no dejaría las cosas así, llegaría a la verdad.

Antes de entrar a mi casa volteo una vez más y veo a Robert abrazando una caja y mirando en ella. Miro hacia arriba y la cortina de ayer ya no está, bajo la mirada y Robert ya no está.

Me desconcierta un poco pero lo olvido ya que suena mi celular.

Llamada:

Mateo: ¿Bueno?

- Hola, soy Andy.

Mateo: Sí, ¿qué pasó?

Andy: Sólo te aviso que la fiesta de Luca es el sábado por la noche, es de antifaces para darle un toque especial.

Mateo: Me parece bien, ahí estaré.

Andy: Eso espero, bueno, te dejo.

Termina la llamada y entro a mi casa. La temática de la fiesta me parecía muy bien. Obviamente es algo muy usado, pero siempre había querido ir a una de esas fiestas.

***

La semana pasó rápido, además que el día jueves no había habido clases, así que aprovechaba para salir a correr.

Todas las noches escuchaba el piano, siempre a la misma hora, después de las tres de la mañana, me asomaba y las luces se encontraban apagadas, al parecer por una extraña razón era el único en la casa y tal vez en la calle que escuchaba el piano. El vecino de enfrente casi no salía de su casa, como una vez al día o en dos días.

Creía estar listo. Analizando todo, si entraba a esa casa sabría las respuestas. Noté que se puso más nervioso cuando iba a tomar la caja y cuando mencioné el piano, ahí es de donde debía comenzar y tal vez encontraría cosas valiosas para encontrar respuestas.

¡Ahí estaba! El vecino salía de su casa en su auto, tal vez iría a comprar víveres. Mi plan era algo descabellado, peligroso, pero lo tomaría.

Salí de mi casa, llevaba unos pans, tennis y una playera con una sudadera, tenía que llevar ropa cómoda.

Me dirigí a la parte trasera, por suerte no estaba tan alta la pared, escalé como pude y una vez arriba me dejé caer hacia el césped. Todo iba bien.

La puerta de atrás no tenía llave, esto estaba resultando demasiado fácil, eso me preocupaba, aunque siempre había querido hacer esto.

¿Por dónde comenzar a buscar la caja? Tal vez ahí podía encontrar más cosas que en el piano.

Caminé más y me encontré con el piano, sólo por curiosidad eché una vista y en la parte frontal del lado donde se sientan tenía grabadas unas iniciales "SG". Lo pensé, pero la verdad no iba a saber mucho sobre eso, sólo perdía tiempo. Subí las escaleras y por suerte tenía casi la misma estructura de mi casa, quizá las casas fueron hechas como en serie o algo así, así que podía moverme. Me dirigí directo a la última habitación, en mi casa esa era mi cuarto y mi intuición decía que fuera allá. La abrí y efectivamente era su habitación.

Todo estaba pintado de negro, había una cama con sábanas negras, todo era muy simple y de negro.

Comencé a buscar la caja, pero dónde. Bajo la cama no estaba, en la parte de arriba del armario tampoco. Ahora que recordaba había visto una película llamada Desde Mi Cielo donde el asesino escondía las pruebas debajo de la madera del piso, pero este piso era de otro material, aunque había un tapete, en una parte de la habitación.

Lo levanté y ahí estaba, un pedazo de metal, parecía una compuerta, pero tenía un cerrojo que necesitaba una llave. ¡Diablos! Seguro él llevaba la llave con él.

¡One Moment! ¡El piano!

Corro enseguida hasta él y observo nuevamente las iniciales. Debajo de ella hay una abertura, lo levanto y hay un pequeño compartimento en donde había una llave. La tomo y no olvido cerrar el compartimento.

Subo nuevamente y voy directo a la puerta de metal, ingreso la llave, la giro y ábre.

La levanto hasta que veo una caja ahí dentro, la tomo con cuidado y la saco.
La abro y hay papeles, los veo y son escritos, al parecer son canciones. Hay varios objetos, pero, también hay fotografías.

Es Robert, pero no está solo, hay otra persona, es idéntica a él, los dos se ven de la misma edad, unos 16 años, seguramente es su gemelo, pero por qué vive solo, por qué en la habitación no hay fotos de él, es más, no hay fotos de Robert, ni de sus padres o su gemelo, nada. Voltee la fotografía y en ella estaba escrito Robert & Simón Givener, por qué escondería fotos de él ahí abajo, de algo estaba seguro, todo lo de la caja tenía que ver con el piano.

Sin darme cuenta ya había pasado media hora desde que Robert se había ido. No tardaba en regresar.

Regresé todo a su lugar, bajé y devolví la llave. Pero, se escucha la puerta, de inmediato me asusto, me descubriría aquí y me metería en problemas.

¿Dónde Diablos me escondería?, ya era tarde para salir de la casa.

Encontré una pared que estaba algo profunda y ahí me recargué.

- ¡Simón! ¡Ya llegué!.- ¿Qué demonios? ¿Por qué le avisaba a su hermano que ya había llegado?

Me asomo un poco y él se va a la cocina. Aprovecho y salgo de ahí para irme, pero, algo me jala de los pies y me caigo. El ruido es grande y se escuchan los pasos de Robert hacia mí. De inmediato regreso a mi escondite.

Siento como se acerca, me va a descubrir.

- ¿Simón? ¿Qué haces?.- Eso me da más miedo. Por favor no hagas nada malo.- Lo escucho decir antes de irse.

Salgo otra vez, abro la puerta de atrás con cuidado.

- ¿Se puede saber qué haces aquí?

Robert me hace brincar del susto, está parado detrás de mí...

¡Hey! ¡Hola! ¿Cómo están?

Como siempre aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que les encante, me están viniendo varias ideas, parece que después del bloqueo me vinieron muchas ideas, así aprovecho para crear, así que espero y lo disfruten. No olviden dejar sus opiniones, correcciones en los comentarios y su estrella (⭐️).

Hasta Luego...!!

TÚ & YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora