🌿Cuatro

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Capítulo dedicado a una persona especial- Alejandra Ramírez.

Trató de consiliar el sueño, pero ya no pudo.
En su mente rondaban miles de pensamientos malévolos.

Demencia, eso era lo que le estaba pasando, tenía miedo y se sintió por primera vez muy frustrado, puso sus manos sobre la nuca.

Miró por la ventana, el cielo aún estaba completamente oscuro, supuso que eran aproximadamente las cinco de la mañana, no tenía caso volver a caer dormido, pues ya solo faltaba una hora para entrar a la institución.

Se levantó de la cama, se fue directo al baño, se miró sobre el espejo y observo que tenía los ojos de un color rojizo y extrañamente se veían tetricos, llegó a un grado de espanto que se cubrió rápidamente su rostro con ambas manos, temía volver a observarse sobre el espejo y ver a tal mismo demonio.
Su reflejo era insignificantemente espantoso por sus ojos, se veían tan terrorificos que generaban ese tipo de miedo.

Se descubrió poco a poco el rostro hasta lograr ver ambos ojos.
Estaban perfectamente bien, no tenían tal color rojizo sobre ellos, sino más bien era simplemente que él comenzaba a alucinar.

Recordó años atrás lo que su familia le había dicho y le afectó tanto que ya hasta él mismo se veía sobre el espejo como un verdadero demonio.

Se lavó la cara con agua fría y se secó con una toalla.
Miró sus manos vio en ellas garras largas y completamente negras, entonces se asustó una vez más.
No sabía realmente lo que le comenzaba a suceder pero no hizo más que salir corriendo del baño, tomó su mochila y salió a prisa del apartamento.

Llegó a la institución y le preguntó aterrado a Carther que si se veía mal o diferente a lo cual él le contestó que no, que todo estaba igual en él.

Suspiró y se dio media vuelta, entró a su aula y se sentó cansado sobre su banca.
Miró su asiento y en la pared vio el símbolo más llamativo.
Un pentagrama, tenía muchas letras inscritos en él, era de un color rojo y por alguna extraña razón le llamó mucho la atención al grado de comenzar a dibujarlo en una hoja de su libreta .

Cuándo de pronto, una gran ventisca de aire helado entró por la ventana causando que se volará la hoja donde él habia dibujado su pentagrama.

Cayó al fín justamente frente a un cartel que estaba pegado sobre la pared del salon.
Se dirigió hasta el y levantó la hoja, se dio un minuto para mirar el cartel.
Pronto una obra de terror de teatro, se presentaría en su institución y muchas personas le visitarían, le llamó tanto la atención la portada que decidió que él también asistiría.

La Evidencia En El Libro © [Wattys2018 Y PremiosWattolimpicos2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora