🌿Ochenta Y Cuatro

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-Martín se acercó hasta su oído y susurró. -Querida Alice. -Acarició su cabello y la miró de una forma psicópata. -Tendrás que perdonarme por lo que voy a hacer. -Dijo sacando una soga y apretandosela sobre el cuello al grado de asfixiarla. -Tengo que matarte antes de suicidarme,  porque de no hacerlo tu también irías a la cárcel y sería algo muy preocupante tener que quedar en cadena perpetúa.-Terminó de decir con el tono de voz más extraño del que jamás había hablado, mientras escuchaba como Alice se ahogaba poco a poco.
La estaba matando lentamente,  cuando de pronto se percató de que ella le miraba de una forma dominante,  entonces fue demasiado tarde para recordar que ella era una bruja capaz de dominar mentes.

Lo dejó inconsciente durante unos minutos,  pero mientras ese tiempo transcurría decidió bajar las escaleras a prisa y llamar a su padre el oficial.

Para cuando Martín despertó, su manos estaban atadas a una silla.

-Oh Alice,  ¿que me haz hecho?. -Preguntó soltando una risotada como él demente que es.

-Llamé a tu padre y viene en camino.-Contestó,  además te até para que no puedas hacerme daño antes de que tu padre llegue.

-Vaya que eres inteligente,  creí que morirías en silencio sin hacer nada.

-Pero te equivocaste,  recuerdas que soy bruja y puedo dominar a la gente con la mirada?

-Me desmayaste y eso... Eso te benefició ¿no es verdad?

-Ahora comprendo porque tus padres dijeron que eras un demonio,  pierdes la razón acaso ¿no sufriras de esquizofrenia?. -Preguntó haciendo un gesto de terror.

La Evidencia En El Libro © [Wattys2018 Y PremiosWattolimpicos2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora