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🌿 Treinta Y Ocho

Durante el camino,  Javier no cruzó palabra con Martín,  mientras que él,  miraba por la ventana.

El lugar por el que estaban pasando en ese momento era realmente un paisaje hermoso,  había una fuente de gran tamaño,  árboles a su alrededor con hojas de color rosa y moradas, y en ese instante el cielo se tornaba entre azul,  morado y amarillo, la combinación perfecta.

Sin mencionar que las casas formaban parte de la bella vista,  eran grandes y pintadas de colores espléndidos qué las hacían ver más lujosas.

De pronto el auto se detuvo justamente frente a una casa de gran tamaño y pintada de colores ligeramente llamativos,  aunque los rosales qué la rodeaban eran realmente hermosos, la casa de igual forma cualquiera que la viera diría que es la propiedad de un gran inversionista y trabajador.

Javier invitó a Martín a pasar a su casa.
Entró por aquella bella puerta pintada de café fuerte, con espejos y manija dorada.

Los ventanales de la casa eran suficientemente grandes para disfrutar de una bella vista hacia el pequeño bosque qué se encontraba
justo detrás de ella.

-Martín!. - Dijo Javier alzando la voz.

-Qué sucede?

-Debemos hablar,  por favor toma asiento. - Respondió señalando el sofá qué estaba detrás de él.

-Bien,  muchas gracias.  Debo admitir que tu casa y el lugar en el que se encuentra son espléndidos.

-Sonrió levemente. - Lo agradezco,  pero ahora necesito que te concéntres en lo que te voy a contar.
Escucha con atención,  yo también soy un criminal. - Susurró al último.

Martín quedó sorprendido con el comentario y no respondió nada,  entonces Javier prosiguió con su charla.

-Fuí yo quien mató a la chica de los baños, y se muy bien que la policía me esta buscando,  pero soy un estudiante universitario oh vaya,  y con mucha inteligencia... No es por presumir,  pero es más la chica que maté nunca tuvo mucho contacto conmigo así que la policia no podrá encontrar pistas de mi tan fácil.

-Martín se levantó rápidamente de su asiento y tomó a Javier del cuello de su camisa, lo acorraló contra la pared con gran fuerza causando qué se lastimara. - Por tu culpa a mi me metieron a la cárcel,  sin tan siquiera tener pruebas de que yo era el culpable. - Mostró un gesto de enfado.

-Comenzó a reír. - Oh vamos Martín,  podemos ayudarnos?  Ambos somos criminales,  así que porque no matamos a personas juntos?

-Martín trató de controlarse y lo soltó poco a poco....