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🌿Ciento seis

Narra Martín...

Antes de que un desmayo hiciera de mis ojos una oscuridad, recuerdo que estaba en ese feo cuartel para locos.

Permanecía atado a una camilla,  cuando de pronto todo el cuarto se oscureció,  no había ninguna luz a mi alrededor y para mi mala suerte hubo un fenómeno tan extraño que me erizó la piel,  tenía un miedo enorme,  pues una gran sombra gris se comenzaba a acercar a mi cada vez más.

De pronto creí haber visto a una señora que tenía manos largas y huesudas,  sin mencionar que su mirada de color rojo me miraba de una forma inusual,  decía continuamente que toda mi familia estaría muerta si yo no salía de ese sitió y hacia lo imposible para que no sucediera su muerte, cuando de pronto un psicólogo entró y Alice estaba con él.

Me desató y yo de inmediato con el pavor que dominaba en mi,  me bajé de la camilla y me senté detrás de ella, no quería ver a nadie porque aquella bruja o espectro que acababa de ver,  me había torturado con imágenes de mi familia ya muerta. Algo que me dejá sin palabras,  estoy traumado realmente.

Alice se acercó a mi tratando de ver que era lo que me sucedía,  entonces de la nada comencé a sentir una fuerte dolor sobre mi pecho y la vista se me iba nublando poco a poco hasta su totalidad,  entonces ya no pude oír nada y mucho menos ver y sentir.

Al cabo de una eternidad,  o al menos así lo sentí yo,  pude sentir el tacto de unas manos y por fin pude ver de quien se trataba,  era Alice... Ella me tranquilizaba y cuando yo traté de hablarle y decirle que me encontraba bien,  ella no me escuchó.

Algo anda muy mal desde ese día,  no es posible que yo esté muerto,  no me siento como un alma en pena,  solamente no puedo ver nada,  tampoco moverme,  pero si puedo sentir y oir.
Un temor se esparcia por mi mente cuando unos oficiales entraron al cuarto y el doctor dijo que estaba en coma,  luego de eso mi respiración se aceleró y mi corazón me ardía como si alguien me hubiese clavado una navaja o como si tuviera fuego en el cuerpo, luego de ello sentí una inmensa relajación,  había una luz blanca que me sofocaba y en la realidad no sabía que era lo que me estaba sucediendo,  del otro lado ví a la muerte y eso me causó más temor... Pero solo fue por unos minutos porque luego de ello,  mi vista nuevamente se tornó oscura y oía como los doctores decían que ya estaba volviendo,  que era un milagro que no falleciera.