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🌿 Veinticuatro

Capítulo dedicado a:
lady_A_J

Por el resto de la noche, Martín intentó dejar su mente en blanco por completo para así,  no llegar al estrés.

Pero sin embargo,  tan solo pensar en lo que Carther le había comentado,  eso era más que suficiente para tener insomnio.

Cerró los ojos lentamente y respiró profundamente,  su cuerpo temblaba,  pero no de frío.
Se sentía agobiado y encerrado en una jaula con dirección al infierno en donde se veía así mismo cayendo sobre un barranco,  en el cual al final había fuego que haría cenizas su cuerpo entero.

Quería por un momento dejar de existir y no ser el demonio,  asesino y demente qué componía.
Su locura lo arrastraba a un mar de desesperación y a su vez miedo y excitacion,  era extraño pues para el asesinar a una persona era algo espléndido,  su mente estaba llena de ideas terribles pensaría cualquiera,  pero él pensaba en si mismo como si fuese un rey del mundo entero, con el poder sobre sus manos.

De pronto cayó en un sueño profundo.

Y al despertar,  tenía los cabellos revueltos sobre su frente,  algo que lo hacía ver muy varonil y apuesto.
Se cambió de ropa y bajó las escaleras bien arreglado,  parecía un chico normal,  común y corriente en la vida... Tal vez hasta un chico serio pero verdaderamente estudioso y digno de dejar tu confianza sobre sus manos.
Miró lo que había en la cocina para el almuerzo,  y al percatarse de que no había prácticamente nada comestible,  sino más bien bebible.

Decidió salir de compras,  tomó su chaqueta negra y cuando estuvo a punto de girar la perilla de la puerta,  tocaron el timbre.

Se asomó por la ventana... No podría ser Carther ya que estaban enojados y tampoco podría ser Alice o alguna de sus amigas.

Al jalar la cortina y mirar de reojo,  había un señor que vestía de traje negro,  seguramente era uno de esos policías.

Se arregló el cabello y abrió la puerta para actuar lo más normal posible.

-Buenas tardes,  joven Martín Montt?. - Preguntó.

-Quién le busca?. - Respondió.

-Soy el agente Nicolás Coffman. - Le tendió la mano y Martín correspondió el saludo.

-Y que es lo que se le ofrece?

-Ya veo que es usted. -Se acomodó los lentes y le miró de pies a cabeza,  su expresión era simple y asombrada. - Veo que es usted un joven muy... Formal.

-Desde luego,  soy estudiante universitario y doy la mejor imagen de mi.  Pero si podemos seguir, qué es lo que se le ofrece?

-Podría venir con nosotros por favor?. - Señaló una camioneta que portaba el símbolo general de la polícia.

-A qué se debe esto?

-Solo le haremos un interrogatorio. - Respondió el tipo e hizo que Martín saliera de su apartamento y caminaron hacia la camioneta.

A Martín le sudaban las manos de los nervios,  esta vez sentía que los policías no le dejarían ir y cuando por fin llegaron al sitio y lo sometieron al interrogatorio se le heló la sangre.