This Is Me.

13 3 8
                                    

¡Hola mi bello guerrero!
¿Cómo va eso de vivir?


Yo me encuentro muy bien la verdad, feliz con como están resultandoalgunas cosas en mi vida, y esperando por ver el desarrollo de otras.
Ya saben lo que dicen, la fe es creer que lo que pedimos ya se encuentra en camino. Si no sabías, ahora lo sabés, ja, ja, ja.

Hoy les traigo una recomendación y una especie de... ¿reflexión?

Como sea, hace unos días pude ver la increíble película de "El Gran Showman". Sí ya sé, es del año pasado, ¡pero esperen!
Déjenme decirles que me EN-CAN-TÓ. Así, por separado y en mayúsculas ja, ja.

Las coreografías son increíbles, el gran Hugh Jackman me sigue sorprendiendo con sus actuaciones, las canciones son preciosas y aunque los efectos me dejaron con un... podría haber sido mejor, son más que aceptables.
No lo sé, la amé completamente.
La recomiendo un millón de veces, pero más allá de mi fanatismo, dentro de las muchas cosas que trata la película, me encantó el trasfondo de inclusión que existe en esta.

En aquellos lejanos tiempos, se rechazaba con más fuerza lo "diferente". No niego que hoy en día el prejuicio y el miedo a lo desconocido sigue vigente, pero hay más posibilidades en este siglo que en los anteriores.
Ser más alto de lo normal no era un pase seguro al básquet, o tener cualidades inusuales, pensamientos diferentes, todas estas cosas eran rechazadas por la gente que solo hacía lo que "estaba permitido hacer". La mujer en casa, el hombre trabajando y los niños en la escuela (si tenían suerte). Así era como debía ser.

Siempre fui una persona de pensamientos contradictorios a mi entorno. Ahí donde mis compañeros intentaban imponerse, yo me alzaba en mi intelecto demostrándoles que no podían amedentrarme. Ahí donde mis amigas pensaban en fiestas y chicos yo hablaba de libros y proyectos a futuro. No digo que un pensamiento sea mejor o peor, pero sí contrarios en muchos aspectos.
Claro que no era la única, pero yo era la menos callada, jajaja.

No me considero una persona con una inteligencia superior, de hecho siempre me catalogué con una inteligencia promedio, pero para mí existen muchos tipos de inteligencia, y el emocional es uno de los más importantes desde mi punto de vista.
Soy una persona empatica, no soporto el dolor ajeno o las injusticias, por lo que mi lado emocional está bastante desarrollado.

¿A qué voy con todo esto?

Siempre me sentí y fui diferente. Y también, siempre me sentí y fui apartada, juzgada y burlada incluso.
Porque tenía ideas que otros ni siquiera se planteaban. Porque ser mujer me hacía sentir especial y no inferior, y porque cuando me pongo a debatir tal vez me emociono demasiado. XD

Me encantaron la mayoría, sino todas, las canciones de la película, pero una de las que más me llegó fue la de This is Me.
Ahí está la mujer barbuda, siendo apartada por ser diferente al resto y me di cuenta que tenía dos opciones: o dejarse caer y que la denigren, o lo que es más difícil, levantar la cabeza con amor y orgullo hacia lo que es y decirle al mundo ¡ey!, esta soy yo te guste o no.

Cuando era adolescente me acuerdo que a pesar de esto, viví mucho tiempo preocupándome por "encajar" en un molde. Me callaba los pensamientos porque esa edad uno quiere ser aceptado e incluido. No fui la excepción, aunque me hubiera gustado mantenerme fiel a mí misma.
¿Cuándo ocurrió el cambio?
Capaz te lo imagines, pero fue cuando descubrí que la primera que me debe amar soy yo y después el resto del mundo. Ligado a esto, llegó el momento de decidir si quería ser de esos cristianos de "puertas a dentro", lo que vendría a ser que se comportan como tal de puertas adentro; o al contrario, si quería reflejar el carácter de Cristo en todo momento y lugar.

Me decidí por la segunda opción, ya que pensé que si Jesús tuvo la valentía suficiente como para ir a esa cruz, como mínimo yo podía mantener una vida acorde a mis creencias.

Entonces llega el momento de este capítulo donde todo se enlaza. Cuando vi esta película, además de disfrutarla y verla tres veces seguidas, pude ver un paralelismo entre la gente "normal" que "hace lo que se supone que debe hacer" y los que vivimos en el mundo del revés, o sea bajo el amor de Cristo.

Me di cuenta de la ironía de que la gente me observe raro por no aprovecharme de la gente cuando se me presentó la oportunidad, me vi siendo menospreciado por creer en alguien invisible —porque claro, es más lógico creer en OVNIS que en Dios—, y sobre todo me vi a mí misma siendo juzgada por llevar una cruz tatuada en la frente. Porque sí, la gente se da cuenta que sos diferente, que no sos igual al resto, a veces te lo dicen de buena manera, a veces no tanto.

Cuando estas cosas acontecieron en mi vida, o incluso aún hoy cuando me cruzo a al algún energúmeno que se ríe en mi cara por creer en Jesús, tuve y tengo dos opciones: o agachar la cabeza y dejarme vencer por el miedo o el dolor al rechazo; o levantarme con amor y orgullo por lo que soy y decirle al mundo, ¡ey!, esta soy yo te guste o no.

Claro que eso no quiere decir que deba agarrarme a los golpes con todos los que no compartan mis pensamientos, claro que no, por algo Pedro dijo: estad siempre preparados para dar defensa con amor y respeto a los que les piden razones por la fe que hay en ustedes. (1 Pedro 3:15).
Con esto quiero decir que no tengo ninguna razón para esconderme, sentir miedo o vergüenza de lo que soy, porque ser cristiana no es algo que simplemente creo, es algo que soy, que es parte de mi como mis manos que escriben esto o mis pies o brazos.

Ser hija de Dios me define como persona amada, justificada, perdonada; me define como persona al igual que a un escritor escribir es parte de sí mismo o a un cantante la música. Que por cierto, ambas cosas amo hacer.

Me gusta imaginarme a mí misma en muchas situaciones, así que me imagino a mi misma dentro de la película de mi vida, no con barba obvio, jaja. Me imagino cantándole al mundo, ¡esto soy!, no importa que odies, me desprecies, me escupas o me maldigas, nada cambia quién soy y más vale que te acostumbres, porque vas a saber de mí.

Y con estas inspiradas palabras, me despido mamado guerrero de la vida. Me despido diciéndote que más allá de lo que creas o no, caminá por la vida con la frente en alto, con el corazón siempre en la mano, dispuesto a amar y dejarte amar sin reparos. Me despido por hoy mirándote a los ojos y diciéndote te amo, así como sos, con todo lo que eso conlleva. Amate ahora a vos mismo, deja el auto desprecio de lado y ¡sonreí por Dios!, que una sonrisa siempre hace a cualquier más bonito.

Hasta la próxima, que Dios te guarde y te guíe, y ya sabés, por cualquier cosa... aquí nos leemos. 😘😊💜💜

Con orgulloso amor, Poly. 💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜💜

El Blog De Guerrero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora