Capítulo 18: "EL EFECTO DEL RADÓN"

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A Catalina no le quedó otra más que obedecer, ¿quién era ella para negarse a algo que la hidra negra le pidiera? Sabía muy bien que todo se lo daría, sería leal a él, que le había salvado la vida de una muerte segura por el hielo mágico de ese anillo, el anillo, no entendía como era que podía manejarlo un dragón, pero así era como había pasado, claro que se notaba que ni él mismo sabía cómo fue que lo usó, entonces volteó a ver a Alphard que caminaba a su lado rodeándola con su humo celeste, y supo que seguía escuchando todo lo que ella pensaba.

─ ¿Exactamente de qué va el poder de ese anillo y ¿Por qué es tan raro que Ogien lo haya podido usar?

Lo mejor sería colaborar con palabras también y que él viera que en serio quería ayudar.

─Pues sí es buena idea que hables, aunque por lo que veo que piensas, no dudo en que quieres colaborar y eso es bueno para ti.

─El anillo es la marca del líder de la hidras, y la leyenda decía que cuando naciera una hidra color negro sería nuestro líder, pero cuando ella nació y se le dio el anillo un día simplemente desapareció, la comprometieron con Casios y él la amaba, así que obviamente enfureció, todos pensamos que la habían raptado los dragones y la guerra se intensificó por esa idea, teníamos miedo, si ellos habían podido vencer a la hidra y al anillo, no teníamos nada que hacer, por eso Casios y sus padres mataron a los Belenus también, pero nunca se volvió a ver a Lerna, por más que se torturaron, incluso los padres de ella fueron a buscarla pero nunca regresaron.

─Pues sí, según sé, mis abuelos sí sabían dónde estaba mi madre y la encontraron, pero ella no sé cómo abrió un portal a otro mundo, en el cual viví toda mi vida, ahí no hay guerra y esas hidras y algunos dragones pasaron por él para alejarse de todo esto, ahí nací, no conocí a mi madre, pero, según sé por lo que me dijo mi padre, ella solo quería paz, debió haber huido para no ser usada como arma de destrucción, aunque creo que se equivocó, además de que si era como decía él, dudo mucho que ella correspondiera el amor de Casios.

Cuando terminó de hablar llegaron a la parte interior de la fortaleza, esas casas parecían cuevas y ahí vivían las hidras, algunas caminaban como humanos y otras no, ninguna tenía más de cinco cabezas, aunque la mayoría tenían solo tres, en medio de las cuevas había una enorme plaza, ese lugar era como un barranco oscuro a excepción de una pequeña entrada de luz en el techo de roca, le recordó un poco a la fosa que su padre le había hecho y entonces dedujo para qué era.

Sin decir nada, Alphard comenzó a bajar hasta ese lugar con Catalina, al verla, la gente y los monstruos le habrían paso con respeto, preguntándose seguro quien era él, pudo ver que había hidras mejor alimentadas que otras y esos tenían apariencia de soldados, ellos fruncían el ceño con sospecha, pero los dejaron llegar al centro de la plaza.

Al llegar ahí, Catalina hizo un sonido agudo para llamar la atención de todos y, entonces, cuando todos estuvieron mirando, Alphard tomó su forma de hidra llenando por completo la plaza, sus once cabezas llegaban hasta el alto techo de roca y los presentes se quedaron asombrados, los niños corrían a sus respectivas cuevas, pero miraban entre las piernas de sus padres y entonces el nuevo líder tomó la palabra con telepatía dirigiéndose a todos los presentes.

─Según sé, todos ustedes esperaban la llegada de una hidra negra que fuera su líder y terminara la guerra, pues aquí tienen, su hidra negra, y sí, seré su líder, quien no esté a favor con esa idea puede retarme y si me gana en batalla le cederé el puesto y me iré ─sentenció serio, mirando a todos los presentes con sus varios pares de ojos, ganando miradas sorprendidas, de miedo y respeto, luego continuó.

─No los guiaré a una batalla con los dragones, he estado con ellos, tengo un hijo con el ultimo Belenus, y lo amo, si me siguen por las buenas tendrán comida y construiremos un verdadero hogar con luz, no vivirán más escondidos, les daré paz, no tengo intención de continuar con una estúpida guerra de mil años que nadie sabe ni por qué inició. Casios está encerrado en este momento y solo yo puedo liberarlo, estaré arriba recibiéndolos a cada uno de los que tengan dudas sobre mi decisión, sé bien que no me crié con ustedes, pero creí que era el único por mucho tiempo y ahora quiero lo mejor para todos mis semejantes y aprender los unos de los otros.

Belenus de LernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora