Capítulo 28: "VARIEDAD DE SORPRESAS"

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Era un sueño, tanto placer y felicidad. Ogien no quería dormir, quería seguir a su lado, haciendo el amor, pero el cansancio los venció a pocas horas del amanecer. Cayó tan rendido y en un sueño tan profundo que no sintió el momento en que Alphard se levantó y pronto el fresco de su ausencia le hizo despertar algo sobresaltado y buscándolo por todos lados, temeroso de que en verdad se hubiese tratado de un sueño, pero cuando sus ojos le encontraron, el alivio le invadió y sus mejillas se arrebolaron.

—Hola —musitó el rubio—, te estaba esperando, es temprano aún, por si quieres seguir durmiendo, aunque me gustaría un baño contigo y desayunar antes de irme.

Ogien se levantó para acercarse a sus dos amores y se estiró sobre las puntas de sus pies para besar los labios de Alphard, luego se acomodó a su lado, recargando su mejilla en su brazo para mirar a su precioso ángel dormir.

—¿Te irás? —Preguntó el dragón, levantando la mirada con un puchero perceptible.

—Tengo que hacerlo.

—Debe haber mucho por hacer aún allá. Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo, o acompañarte, pero... la plaza aún no está lista y sin Agir... ¿Me ayudarás a elegir a un nuevo líder cuando vuelvas? Pareciera que pueden hacerlo solos, pero siempre se necesita una guía para que todos lo hagan bien.

Ogien se abrazó a la cintura de su amado, mirándolo con una sonrisa desde su costado, al parecer había despertado contento y eso hacía sentir bien a Alphard, aunque seguía sintiéndose algo extraño con él, receloso tal vez, pero no cabía duda de que lo amaba y, por ratos como ese, valía la pena arriesgarse un poco.

—Te amo —masculló el albino, frotando su rostro contra ese fuerte brazo, incitándolo a dejar a su bebé de nuevo en la cuna y, cuando lo hizo, Ogien admiró esa figura mordiéndose los labios, sí, lo había extrañado demasiado y con esa forma de ser observado, el rubio no pudo evitar sonrojarse un poco y tomarlo por las mejillas para besarlo.

—También te amo, aunque te has vuelto un descarado realmente, vamos al agua, de verdad quiero relajarme contigo.

El menor sonrió y le tendió la mano, se fueron así hasta la bañera que Ogien llenó y calentó en un instante haciendo uso de su anillo y su fuego dragonario. Se sentía renovado, aunque su cuerpo le pasara la cuenta por toda esa actividad nocturna.

Se recargó sobre el pecho de Alphard y se dejó envolver entre sus brazos, dejando al agua humeante relajar sus músculos mientras se aseaban el uno al otro, y no perdió oportunidad de volver a fundir su boca en la ajena. Su pecho hormigueaba de tanta calidez. En algún momento terminó montado en el regazo del rubio, besándose, aunque cuando su pecho rozó el ajeno se vio obligado a retroceder por la extraña descarga que le hizo quejarse y gemir bajo.

Llevó sus manos a sus pezones, sintiéndolos un tanto más sensibles de la cuenta y miró a su pareja con un puchero acusatorio.

—Su Alteza ha jugado mucho con mi pecho —se burló haciendo uso de las palabras que había dicho Alphard en la noche y soltó una risita antes de darle un beso fugaz—, me duele... Afner tendrá que dormir pronto es su propia habitación —sugirió con aire juguetón y sonrojado—, tuve miedo de despertarlo anoche, es una suerte que duerma tan bien, a veces me causa envidia, nada puede despertarlo... ni dormirlo cuando debe hacerlo... aunque le ha sido de ayuda trabajar estas últimas semanas. Lo he llevado conmigo a todos lados, en la plaza ya ha hecho algunos amigos, aunque debo decir que es un niño un tanto introvertido, creo que heredó tu carácter.

En el agua, Alphard se quedó recostado al mármol de esa gran tina con el otro entre sus brazos, se sentía bien estar en paz por fin después de todo aquello, mas, aquella paz se vio interrumpida cuando el albino empezó a hablar sin detenerse, lo cual le recordó a esos primeros días cuando lo conoció y una grave risa se escapó de su garganta antes de responder.

Belenus de LernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora