Capitulo 26

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"Precisamente quería prevenirle contra el pecado del perdón"
Ayn Rand

Cuando llegamos a casa aún las palabras de Taylor retumbaban en mis oídos, trate de esconderlas en algún lugar de mi mente ya que no quiero emocionarme más de lo necesario, por algo que quizás solo dijo en el calor del momento.


-Sam..-muevo un poco a Sam que está realmente dormido, y poco a poco empieza a despertarse-ya llegamos-


El asiente bostezando mientras sale del auto a paso lento. Taylor lo está ignorando deliberadamente ya que entro a la casa subiendo directo a su habitación, está siendo realmente duro con el pero bueno.....

Acompañando a Sam a su habitación lo ayudó a recostarse ya que ni una ducha, ni cambiarse la ropa hizo, su estado de cansancio es realmente grande, se mueve como si cada pie le pesará veinte kilos.


-¿tienes hambre?-no creo que haya comido mucho en prision.

 
-muero de hambre pero tengo más sueño, así que aplazare lo de comer-dice bostezando.
-¿no dormiste nada en la carcel?-el niega arropándose hasta la barbilla, frunzo el ceño está haciendo mucho calor.


-la carcel es un jodido cubo de hielo-explica Sam y me acerco a él tocando su frente porque está haciendo mucho calor y que Sam esté arropado hasta la barbilla no es normal.

Como lo supuse su temperatura está un poco alta.


-tienes frío en un calor incesante ¿seguro te sientes bien?-¿y si contrajo un virus en la carcel?


-solo tengo sueño Brook-dice un poco adormilado, mejor dicho más dormido que despierto.


-voy a traerte un analgésico, no te duermas-me levanto bajando a la cocina para ir en busca de una ibuprofeno para Sam lo menos que necesita es enfermarse en este momento, el pobre está más salado que el mar, le pasa cada cosa....


Con un vaso de agua y la pastilla entro al cuarto de Sam y se la doy el apenas la toma su cabeza cae en la almohada durmiendo inmediatamente.


Lo miro un poco preocupada antes de salir dejándolo descansar. Espero que con algo de descanso se sienta mejor.


Cuando regreso con Tay lo encuentro en su cama viendo televisión de lo más calmado.
-Sam tiene fiebre-le informó y él se encoge de hombros.


-no se morirá-eso es lo único que necesito para explotar.


-¡Ya basta!-el me mira levantando una ceja-¡es tu hijo! Deja de fingir que no te importa-diablos esta sacándome de mis casillas.


-¿en serio quieres discutir por esto?-mordiéndome la lengua voy directo al baño a tomar una ducha, es su hijo y no puedo opinar ni meterme en sus decisiones así que lo único que puedo hacer es ayudar a Sam como pueda.

Tomando una ducha más que larga, regreso a la habitación, siendo sincera también estoy algo cansada y necesito una siesta de lo más larga para recuperar energías, además mañana tengo instituto.


Cuando salgo de la ducha ignoro a Taylor deliberadamente, sé que me está mirando pero no quiero hablar con él cuando está con esa actitud, él es más parecido a Sam de lo que cree.
Me acuesto y le doy la espalda dispuesta a tomar mi siesta, y para mi sorpresa Taylor me deja en paz.

Estuve gran parte de la mañana y tarde durmiendo cuando me desperté, ya iban a ser las cinco de la tarde y Tay no estaba a mi lado, cuando me giro y logró ver un paquete de oreos en la mesa de noche, tomándolo y suspirando decido levantarme y ver cómo sigue Sam, abriendo la puerta de su cuarto un poco, me doy cuenta que sigue durmiendo, me acerco y tocó su frente. Otra vez está hirviendo, negando decido dejarlo dormir, cuando se levante le daré otro ibuprofeno y quizás un té.

Viviendo el pecado (taylorLautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora