Capitulo 2

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"Incurrir en el pecado del silencio cuando se debiera protestar, hace cómplices y cobardes a los hombres"
Dublineses.

Taylor.....

Un mes antes.

-¿me puedes decir dónde encuentro una farmacia?-la voz de Megan me sorprende en mi cuarto y toma toda mi paciencia no ponerle los ojos en blanco.


Megan se está quedando en la casa con nosotros hasta que Sam se recupere por completo, es un jodido dolor en el trasero pero tengo que aguantarla. Primero porque es la madre de mi hijo, segundo porque necesito ayuda con Sam y tercero y último pero no menos importante Sam me evita como la peste después de que descubrió todo. Si ese chico ya es difícil sano, enfermo y molesto es un dolor en el culo.

 
-¿para qué necesitas una?-preguntó más concentrado en lo papeles frente a mí que en lo que Megan quiere.


-se está terminando un medicamento de Sam-eso me hace soltar los papeles y mirarla, con mi enojo empezando a asomar la cabeza.


-¿no compraste la cantidad que recetó el doctor?-


-creí haberla comprado se me pasó, tengo muchas cosas en la cabeza-tengo que respirar dos veces para no perder la jodida cabeza, solo le mande a hacer una cosa, una jodida cosa y la hace mal.


-¿muchas cosas en la cabeza? tienes un maní en la cabeza Megan-ella me Mira con los ojos encendidos y le sostengo la mirada, ella cometió un error con los jodidos medicamentos de Sam si su vida dependiera de esos medicamentos ya estaría muerto porque es una despistada de mierda, sin mencionar que no recuerda dónde fue a comprar los medicamentos, y fue a buscarlos hace una semana ¿estás jodiendome? Creció en jersey como no puedes encontrar  una jodida farmacia por ti sola.


-voy a patearte el culo si vuelves a decir algo así-dice y me encojo de hombros por el simple hecho de hacerla enojar, porque vamos seamos sinceros siento cierto placer por hacerla enojar.
-puedes intentarlo-me limitó a decir y ella me mira completamente roja.


-¡vete a la mierda! Yo misma buscare la farmacia, ¿será que puedes cuidar a tu hijo mientras regreso?-


-lo he cuidado por diecisiete malditos años, no vengas a darme lecciones de vida porque solo has estado cuidando de él una semana-ella me da la espalda mientras sale de mi cuarto cerrando la puerta de golpe, Sabe que tengo razón, por eso no comenta nada.


Respirando para calmar mi mal genio vuelvo a centrarme en los papeles del gimnasio, tengo mucho trabajo que hacer mientras estoy en casa, kristal me ayuda desde el gimnasio con lo que puede, pero todavía queda mucho que hacer.

 
Sin saber cómo vuelvo a pensar en ojos café y labios carnosos, maldita sea Taylor estás más que jodido, ya deja de pensar en ella, como si fuera tan fácil, esa pequeña se metió dentro de mí como nadie lo había hecho jamás y cuando por fin decidí decirle lo que siento  se descubre todo.


Antes de que me de cuenta tengo el telefono en mis manos y mi dedo sobre el nombre de "novia de Sam" a solo un toque de llamar, si, no. Llamar o no hacerlo. Tengo al ángel bueno diciendo en mi hombro que no lo haga, que ya cause suficiente daño que la deje buscar un chico de su edad que no traiga tanto equipaje, y por otra parte está el demonio diciéndome que me olvide de todo y todos y la llame.

 
Quito el dedo negando y bloqueo el teléfono. Deja de pensar con la polla Taylor eso fue lo que te trajo aquí, por más que me cueste dejar de pensar en Brooklyn es lo mejor. Sam y su recuperación es lo primordial para mí y debo asegurarme de seguir ese camino.


Recojo todos los papeles antes de guardarlos y ir rumbo a la cocina, por un helado para Sam, que me ignore esta matándome lentamente, necesito acercarme a él de nuevo.

Viviendo el pecado (taylorLautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora