Capitulo 20

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"El pecado es como una montaña con dos lados, según corresponda, si se ve antes o después de que se ha alcanzado; sin embargo ambos lado son reales"
Samuel bular.

Veo como Taylor se adelanta con una cara más que enojada.


-no te pedí tu opinión-espeta mientras pasa a su lado pero kristal al parecer no planeaba guardarse nada.


-ella abandonó el gimnasio y luego vino muy tranquila a renunciar-Taylor se acerca a Eva que mira todo como un partido de tenis.


-gracias por ayudarme con la recepción Eva, desde ahora podrás regresar a tu puesto como entrenadora personal-ella asiente sonriéndome antes de empezar a recoger todo.


-¡Taylor!-gruñe kristal llamando la atención de más de un cliente. Pero que vergüenza...
Taylor se gira y la mira más que serio.


-cierra la jodida boca o voy a sacar tu trasero de aquí-dice con voz fría, ella abre los ojos sorprendida dando un paso a tras sin poder creer lo que acaba de salir de la boca de Tay-soy el jefe, yo decido quién trabaja en la recepción, y tú lo aceptas sin opinar nada al respecto-
-me pagas para que me asegure que el gimnasio sea el mejor, y con esta niña siendo una irresponsable no lo será, ¿como es posible que Eva haya tenido que dejar su puesto de trabajo porque ella decidió irse de la noche a la mañana?-me muerdo los labios porque de cierta forma kristal tiene razón.


-kristal no te metas en cosas que no te incumben-le reprocha Tay.


-¡bien!-se queja ella golpeando el piso con su zapato-que todos los empleados hagan lo que les de la gana-Taylor pone los ojos en blanco ignorándola mientras está se cruza de brazos.


-vamos a mi oficina Brooklyn tenemos un contrato que firmar-veo como a kristal se le están brotando las venas de la furia contenida. Y decido pasar a su lado sin dirigirle ni una mirada no vaya a ser que me arrastre de los cabellos por medio gimnasio de lo furiosa que está.


Taylor coloca una mano en mi hombro guiándome a su oficina pero a medio camino se detiene y mira a kristal.


-desde hoy comienzas a trabajar en tu oficina-


-¿¡qué oficina!?-espeta esta gruñendo.


-la que se encuentra en esa esquina-dice señalando un perfecto escritorio que se encuentra a unos metros delante de la puerta de la oficina de Tay en una esquina, se ve realmente elegante y luce muy bien en el gimnasio.


Sin esperar su respuesta Tay me lleva a su oficina cerrando la puerta detrás de nosotros.
-ella va a odiarme más de lo que ya lo hace-le digo lo obvio, ya presiento cómo serán mis próximos días de trabajo.


El se encoge de hombros.


-se le pasara en unos días-oh estoy segura que eso no pasara.


-lamento haber dejado el gimnasio de esa forma, no sabía que ocasionaría tantos problemas-el me tiende su mano para que la tome por encima de su escritorio y lo hago.


-está bien Brooklyn, no te culpo por nada sé por todo lo que tuviste que pasar después que saliste del hospital y lo siento mucho-

Viviendo el pecado (taylorLautner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora