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Yifan y yo platicábamos tranquilamente mientras el conducía en dirección a mi hogar, no podía negar que estaba asustado, porque en realidad sí lo estaba, sabía que mi padre estaría furioso por no haber acatado sus ordenes de llegar temprano a casa.
Pero no quería que Yifan se diera cuenta de eso, ya demasiado había sido decirle lo que viví con mi padre después de la muerte de mi bella madre.

Así que solamente podía jugar con mis manos discretamente para que el no se diera cuenta de que estaba nervioso, más bien, aterrado.

Tardamos bastante en llegar a mi casa, ya que la de Sehun queda bastante lejos. Cuando por fin llegamos deseé tanto que el no estuviera en casa y poder dormir tranquilo pero mis esperanzas se fueron a la basura cuando observé las luces de el living encendidas y por la ventana podía verse la silueta de mi padre caminar de un lado a otro.

— Adiós Yifan —susurré dándole una sonrisa forzada, antes de darme la vuelta y abrir la puerta.

Casi en cuanto lo hice, dentro de mi casa se pudo escuchar como una botella de vidrio era estrellada con fuerza contra el suelo, provocando que mi cuerpo temblara, antes de poder poner un pie fuera del auto, la mano de Yifan se cerró en mi brazo.

— Cierra esa puerta. —Lo miré confundido y negué lentamente con la cabeza, comenzaba a tener miedo de el, su mirada ya no era amable, parecía molesta— Tao, por favor, cierra esa puerta. —Me sorprendía que su voz fuese tan amable a pesar de que sus ojo mostraban que estaba enojado.

— Yifan. ¿Qué pasa? —Susurré tratando de alejarme de su agarre, el lo apretó más, pero sin llegar a hacerme daño.

— No te dejaré sólo con ése monstruo, cierra la maldita puerta —gruñó apretando los dientes, asentí levemente y cerré la puerta, en el momento que lo hice, el comenzó a conducir.

Todo era malditamente silencioso, no quería hablar, no sabía que decir.
Sé que ayer en el parque hablé de más, y que ahora el sabía como era mi padre, pero no pensé que me fuese a alejar de el.

No me molesta en lo absoluto, al contrarió, agradezco que no me haya dejado ahí, mi padre me hubiese matado a golpes.

Pero, aún así, ¿a dónde me llevaría?
Como ya he dicho antes, no tengo familia, el odio de todos cayó sobre mi y mi padre cuando murió mi mamá.

— ¿A dónde me llevas? —Susurré sin dejar de mirar por la ventana.

— Iremos a mi casa, no dejaré que ése hombre al cual llamas padre te lastime —gruñó con los dientes apretados.

— ¿A... tu casa?

— Si Tao, a mi casa. —Yo sólo pude atinar a asentir con la cabeza.

No lo miré, no despegue mi vista de la ventana, sólo observaba los árboles y las casas que se cruzaban en nuestro camino.
No entiendo el porque, pero mi rostro estaba caliente, sé que estoy sonrojado, por lo que me negaba a mirar a Yifan.

— No te haré nada —afirmó y colocó su mano en mi hombro— Yo no soy como Sehun, respeto tus decisiones.

Asentí y le dediqué una sonrisa, sé que él no es como Sehun, Yifan es bueno, demasiado.

Yifan estacionó el auto frente a una enorme y hermosa casa color negro, que, apesar del color tan oscuro, se veía fantástica.
El color negro le daba un toque demasiado elegante y las pequeñas flores rojas en el jardín del frente la hacían ver muy bonita y hogareña.
El bajó del auto y lo rodeó abriendo la puerta para mi, le sonreí agradecido.
Tomó mi mano y tiró de ella guiándome hasta el interior de la casa.

La puerta se encontraba entreabierta por lo que supuse que su hermano estaba dentro.

— Suho, he llegado —gritó el mayor sin soltar mi mano.

Weak Heart (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora