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La luz a ésta hora del día ya era bastante escasa.
El sol ya se estaba ocultando y la oscuridad estaba tomando posesión de la ciudad.
Suspirando pesadamente, apretó el volante y aceleró un poco más el auto, tratando de llegar ya.

Siempre era lo mismo, siempre que iba a ese maldito lugar, la presión en su pecho se hacía presenté de una manera demasiado brutal.
Sentía como si su corazón estuviese siendo presionado.
Sabía que el también siente lo mismo, sus ojos llenos de lágrimas, mirando por la ventana del auto me lo decía, además de los pequeños sollozos que se lograban escuchar.
A pesar de que a ambos les dolía demasiado la situación, adoraban ir, recordar momentos.

El más pequeño de los tres, se encontraba en los asientos traseros del auto, jugando con un lindo peluche de panda.

Las luces de las casas y los demás autos dejaron de verse cuando salieron dela ciudad y se adentraron a la oscura carretera.

El ruido de la cuidad había desaparecido y ahora era mas palpable el hecho de que ambos chicos lloraban.
El que estaba detrás de ellos levantó la vista y los miró confundido, frunciendo levemente el ceño.
Se hincó en el asiento y se inclinó apoyándose en los de enfrente.

— ¿Por qué lloran? —La delicada voz del pequeño niño llegó a los oídos de los dos adultos, provocando que ambos dejaran de sollozar.

Lo que menos querían era arruinar la tranquilidad del pequeño.

— Nada bebé, todo está bien —susurró el conductor.

Le sonrió al niño, de manera forzada, pero es un niño, el no se dio cuenta del gesto tan vacío que le había dado.
El viaje fue largo y tan desesperante para ambos chicos, quienes trataban de callar o borrar cualquier indició de que se encontraban llorando.
El niño continuó tranquilo después de escuchar la voz de aquel chico diciéndole "todo está bien". Si él lo decía, tenía que ser verdad.

Cuando llegaron, la oscuridad era mas notable, por suerte, el lugar donde se encontraban tenía farolas distribuidas estratégicamente para que logren alumbrar todo.

Los chicos tomaron las manos del pequeño niño, y lo guiaron hacía dentro.
El pequeño miraba a todos lados sin entender dónde estaban.
No había nadie más alrededor y el pequeñito comenzaba a asustarse demasiado.

— ¿Dónde estamos? —Susurró tirando de la chaqueta de uno de los chicos, quien volteo hacía el aún con lágrimas recorriendo sus mejillas— ¡Estás llorando!, ¿Qué pasa?

— Me duele mucho, bebé —susurró el chico hincándose frente al niño para poder estar a su altura.

— ¿Qué te duele?, Yo te curo —habló el niño desesperado mirando hacía todos lados.

— No puedes curarme amor, nadie puede. —El chico le sonrió con tristeza al niño.

Pero éste no se rendiría, no le gustaba verlo así.

— Le diré a papi que te lleve al doctor, él te curará.

— No pueden, bebé. —El niño miró hacía todos lados desesperado.

— ¿Dónde te duele? —Susurró con su dulce voz.

— Mi corazón, esta destrozado. —El chico cubrió sus labios con sus manos para evitar sollozar.

— Yo te regalo el mío —habló el niño sonriendo.

El chico negó con la cabeza mientras una sonrisa se le dibujaba en el rostro y abrazó al niño.

— Vamos. —La voz del otro chico los hizo separarse, éste tomó su brazo y lo hizo levantarse del suelo.

Los tres juntos comenzaron a caminar adentrándose al lugar.

— ¿Dónde estamos?

— Hemos venido al cementerio —habló uno de los chicos, respondiendo la pregunta del pequeño niño.

— ¿Qué es un cementerio?

— Es dónde están descansando las personas que mueren. Aquí son enterradas para que puedan descansar en paz y nadie los moleste más —explicó el chico y le sonrió al niño.

— Hay alguien descansando aquí, ¿Verdad?, Por eso lloran —habló el niño.

— Si, bebé aquí hay unas personas que fueron demasiado importantes para nosotros —habló el mayor de los dos chicos.

— ¿Quiénes?.

— Tus tíos. —El susurró del chico fue tan bajo que apenas pudo escucharse, gracias al silencio que allí había.

— ¿Tíos?

— Si, aquí en estas dos tumbas, descansan tus tíos. —El mayor señaló las dos tumbas que se encontraban juntas— Tu tío Yifan y tu tío Tao.

El niño miró por un momento las lápidas y volvió su vista al chico quien continuó hablando.

— Yifan era mi hermano, y Tao su novio...

— ¿Qué les pasó? —Cuestionó levantando la mirada.

— Querían estar juntos, y ahora lo están —habló el otro chico.

— ¿Tuvieron un final feliz? —La sonrisa del niño fue radiante.

— Si... Lo tuvieron...

— Entonces... ¿Por qué lloras? —Susurró el niño borrando su sonrisa.

— L-Los extraño dema-siado— La voz del mayor tembló y sólo pudo ocultarse en el pecho del otro chico a llorar.

El niño miró a todos lados asustado, y después de unos segundos, corrió hacía las tumbas y comenzó a golpearlas.

— Tío, despierta... M-Mi papi quiere verte —sollozó el niño sin dejar de golpear la tumba.

— Yixing, deténlo —ordenó el mayor entre sollozos.

FIN...



NAAA, NO ES CIERTO.

trataré de actualizar lo mas pronto posible.

–KillerPanda.

Weak Heart (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora