Weak Heart (KrisTao)

29

Acaricié la cintura de Tao, su cuerpo se encontraba lleno sudor sobre el mío.
Aún se encontraba jadeando, mientras sus manos acariciaban mis brazos.

— Tu cuerpo aún está temblando —susurré en su oído, mientras rodeaba con mi brazo su cintura—, ¿Te he lastimado?

El negó con la cabeza y cerró sus ojos.
Poco después sentí su respiración más relajada, por lo que supuse que se había quedado dormido.
Por sus muslos aún bajaba mi semen y sus labios se encontraban rojos e hinchados.

No me podía sacar de la mente sus palabras, se repetían una y otra vez,  "Hyung, te amo"... Me ama, ha dicho que me ama...
Esas lindas palabras habían salido de sus hermosos labios.

Su mano se aferró a mi cintura y gimió débilmente cuando se movió. Sé que le duele, pero no quiere decírmelo.

Con un poco de dificultad, lo bajé de mi cuerpo, y me levanté, el gruñó molesto y se dio vuelta, abrazando a una almohada.
Comencé a caminar hacía la ducha, después de bañarme le prepararía el desayuno y ambos pasaríamos una hermosa mañana.

Limpié muy bien mi cuerpo y al cerrar los ojos, los recuerdos de lo que había pasado me hicieron sonreir.
Tao era mío, mi bebé se había entregado completamente a mi y me había confesado sus sentimientos.

Realmente no me lo esperaba, creía que Tao sólo se entregó a mi por despecho o por sentirse sólo, pero... en realidad de ama.

Él me lo había dicho, cuando me encontraba sobre el, y ambos estábamos llegando al punto máximo de nuestro éxtasis.

Enrede una toalla en mi cintura y salí rápidamente del  baño al escuchar un débil sollozo y apenas audible.
Mi bebé, se aferraba con fuerza a la manta, la cual cubría gran parte de su cuerpo, sus ojos y mejillas llenas de lágrimas y mordía con fuerza su labio, evitando que éste comience a temblar.

Me acerqué a él, cuando notó mi presencia, se levantó de la cama y se lanzó a mis brazos.
Enredo sus largas piernas en mi cintura y escondió su rostro en el hueco de mi cuello.

Ahí, continuó sollozando.

Tomé su cintura con mis manos tratando de evitar que se caiga.

— ¿Bebé? —Susurré confundido.

— Hyung... —Sollozó y apretó más su agarre en mi cuerpo.

— ¿Qué pasa? —Cuestioné, el simplemente negó con la cabeza y volvió a sollozar— Mi amor, ¿Por qué lloras de ésa manera?, dímelo bebé.

— Y-Yo...lo siento, creí que te...

— Creíste que me había ido, ¿No es así? —Él asintió con la cabeza y yo suspiré a la vez que subía mis manos y comenzaba acariciar lentamente su espalda— Amor... Tienes que entender que no me voy a ir. Estaré siempre contigo. Eres mi bebé, mi tesoro, eres el amor de mi vida, sería horrible dejarte.

Él, volvió a llorar, pero en lugar de ocultarse en mi cuello, ésta vez unió sus labios con los míos.
Las lágrimas continuaban bajando por su rostro, podía sentirlas acariciar lentamente mis mejillas.
Mis manos volaron a sus glúteos y los apreté un poco, Tao rompió el beso y soltó un quejido de dolor.

— ¿Duele aquí, amor? —Susurré en su oído mientras acariciaba con lentitud sus glúteos

Él mordió su labio y asintió con la cabeza, para después hacer un lindo puchero— Duele, Hyung.

— Deja que cure tu dolor.

Lo acosté lentamente en la cama, cuando su espalda tocó el colchón, sonreí y lo besé.
Cuando rompí el beso, Tao me miró curioso, y antes de que pudiese preguntar, comencé a acariciar con mis dedos esa parte tan delicada de su cuerpo, mientras lo miraba a los ojos.
Tao tembló y comenzó a retorcerse mientras gemía en voz baja.