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"Ver a la persona que amas llorar,
es una de las experiencias más horribles que existen"


La oscuridad en la vivienda era demasiada, las bombillas se encontraban quebradas, como si les hubiesen lanzado algo con fuerza.

Saqué mi celular y prendí la lámpara. En el suelo, había demasiadas botellas de vino y cerveza, la mayoría de ellas quebradas, por ende, la mayor parte del suelo estaba repleto de vidrios.

Tomé la mano de Tao cuando lo escuché suspirar, ambos comenzamos a caminar, con mucho cuidado, íbamos lentamente, por si su padre se encontraba en casa.

— Se ha vuelto loco —susurró mi bebé al llegar al living.

El sofá estaba completamente destrozado, la televisión tenía la pantalla rota y habían muchas cosas tiradas.
Mordí mi labio y ambos comenzamos a subir las escaleras, en dirección a la habitación. Grande fue la sorpresa de ambos al ver la habitación completamente vacía, lo único que quedaba era la cama.

— ¿Dónde están mis cosas? —Habló mirando con los ojos muy abiertos, se acercó al armario y lo abrió observando que éste también se encontraba sin nada— ¿Qué ha hecho?

— Amor, tranquilízate.

— ¡¿Cómo quieres que me tranquilice...?! —Cubrí sus labios con mi mano y le susurré al oído que se quedara cayado.

— He escuchado la puerta principal, Tao —susurré.

Él abrió demasiado los ojos y apretó los labios mirándome con miedo.

— Si nos mira aquí... Yo... No... —Sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó por la cintura.

— Tranquilo amor —susurré en su oído.

Tiré de él dentro del armario que se encuentra ahí y le cubrí la boca, evitando que se escuchase siquiera su respiración. El sonido de sus pasos no se hicieron esperar, pero pasó de largo, ni siquiera se asomó a la habitación, simplemente siguió con su camino al fondo del pasillo.

— ¿Hay más habitaciones después de la tuya? —Susurré en su oído, demasiado bajo, él me miró a los ojos y negó.

Fruncí el ceño y el suspiró— Lo único que hay después de mi habitación es el ático, pero mi padre jamás entra ahí —afirmó.

— O por lo menos no lo hace cuando tú estás presente. —Acaricié su mejilla y besé su frente— Esperaremos a que se vaya y saldremos.

Él, susurró un apenas audible "si", a lo que yo respondí asintiendo.

No pasó mucho tiempo cuando se escuchó la puerta principal ser cerrada de manera brusca, abrí lentamente la puerta del armario.

— ¡Tenemos que irnos, amor! —Susurré tirando de él, cuando salió del armario, negó.

— No puedo irme, tú tienes razón, ¡h-hay algo ahí! —Señaló con su mano la puerta del ático y me miró— Siempre me prohibió entrar ahí, me dijo tantas veces que si yo me atrevía a acercarme, se encargaría de acabar conmigo, no sé que mierda tiene ahí, pero no es nada bueno. —Dio un paso hacia allá, pero rápidamente tomé su mano.

— ¡Estás loco si crees qué te dejaré entrar ahí!, Él va a volver en cualquier momento y no permitiré que te encuentre —afirmé, volvió a negar, suspiré molesto— ¡Tao, vámonos! —Dije más alto.

Weak Heart (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora