MOMENTO 28

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Llego a la sala rectangular de paredes azul pastel, y me siento como una inexperta espía, que rebusca en cada adorno sobre las mesitas al lado de los sofás, la etiqueta de sus respectivas marcas y por desgracia ninguna tiene nada. Llego a una conclusión;

—Mi búsqueda ha sido en vano.

Me siento en el sofá más cercano y escucho el Ti tac del reloj, si no fuera por el aire acondicionado hubiera dormido toda la noche. Al menos puede conciliar mi descontrolado sueño.

—El patio —me dice mi voz interna apenas ve las puertas del patio trasero de la casa. En ese momento siento la necesidad de salir y tomar aire fresco. Me muerdo el labio viendo a la alfombra y me retiro de la silla, viendo mis pies y cuando llego a la puerta, le quito el seguro y la abro.

La abro de forma lenta como las puertas de esta casa, tan pequeña y decorativa, en el patio no hay mucha luz, ni oscuridad, pero no tengo miedo. Solo quiero sentarme en el césped y ver las variadas estrellas, dibujadas en el cielo color carbón.

Huele a parrilla —digo caminando al centro del patio.

Suspiro con más fuerza y el cantar de los grillos, se convierte en una canción de Trap en mis odios. Llego al centro, miro al cielo y me hipnotizan sus estrellas.

Son hermosas —me digo enamorada. Son como flores en un campo verde.

Y cuando cierro los ojos para relajarme una voz masculina y muy ronca, me grita a lo lejos llamando mi atención al momento.

—¡Niña!

Miro el entorno y no hay nadie.

—¡Niña! —vuelve a gritar y yo lo busco, pero no lo consigo —. ¡Niña, cuidado con la lluvia y entra a la casa!

El tipo me vuelve hablar.

—¡Niña, cuidado con la noche paranormal!

Veo más detalla mente y allí esta, más cerca de lo que pensaba.

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NOCHE PARANORMAL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora