MOMENTO 29

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—¿Quién es usted? —pregunto a la persona que destella en la puerta del patio. Admiro su silueta y puedo apreciar que es un hombre alto y encorvado, y cuando bajo mi mirada contemplo un bastón, en donde se sostiene. Creo que es un ansiado.

¿Qué hace aquí?

¿Acaso Greiger y yo no estábamos solos?

—Entra a la casa —me replica con una coz clara y ronca.

Caigo en la duda si debería tener miedo, y llegar a pensar de que tal vez sea un ladrón, pero me digo que no, ya que estoy segura y decido seguir sus palabras.

Camino por el pasto y un relámpago se desliza en el cielo y forma un brusco trueno. Camino más rápido y mientras voy llegando a la casa, aquella figura se desvanece.

Entro y busco a esa persona que ahora no está. Empieza a llover y yo cierro la puerta. Pienso quien era el, de repente una foto se revela en la cabeza, y llego a la conclusión de ya le visto antes, en una foto.

Subo y en el pasillo de paredes rojas, observo las paredes buscando algo. Al lado de la puerta del cuarto de Greiger, está la foto de un anciano, con una sonrisa de oreja a oreja, parado seguro en el patio de esta casa, cuyo cuerpo vestido muy elegante es sostenido por un bastón que abraza su mano.

Es el.

En ese momento se abre la puerta, que está a mi lado y Greiger sale de ella aun con su torso descubierto, anclándose su ojos en mi con cara de sueño. Yo no digo nada y solo me doy por mirarlo de forma perpleja.

—¿No deberías estar durmiendo? —me pregunta interrogativo, realizando un ceño sospechoso. Sonrió al ver su cantidad de sueño y lo tierno que se ve así.

—Lo sé, pero mi insomnio no me deja ni cerrar los ojos —le respondo y regreso mi mirada a la foto.

—Haaa ok, a mí se me está quitando el sueño —dice y se rasca el pelo —. Voy a ver si nos hago un poco de pan con queso para los dos.

—Ok —digo y asiente con la cabeza.

Se va caminando lentamente a las escaleras. Veo su espalda llena de cicatrices, hechas por el maltrato de sus pasados padres, cuando era niño. Yo muy curiosa le hablo.

—Greiger...

Frena su caminar justo en el primer escalón y se voltea a verme.

—¿Quién es el hombre de esta foto?

—Es mi abuelo Manuel, sirvió al ejército —habla desde la escalera —. Murió justo después de que yo cumpliera los doce.

Dice y se dispone a bajar encorvado y rápido, como su huyera de mí. Veo al anciano, y me pregunto a mi misma.

—¿El hombre que me hablo era él?

No lo sé, creo que estoy terminando loca. Más de lo que ya estoy.

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NOCHE PARANORMAL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora