MOMENTO 44

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Atravieso las pinches telas, que me dan picazón y entro a un ambiente medio oscuro y caluroso, iluminado por unas velas de gran tamaño, con grandes flamas.

El lugar posee varias mesitas donde tienen calaveras, cruces raras y muñecas horripilantes, que hacen que quiera devolverme, pero no lo hago. Doy un giro lento viendo todo y me dispongo a llamar a alguien.

—Hola, hay alguien aquí.

El silencio invade el sitio.

—Si, si la hay —replica la voz de una mujer.

Me giro, persiguiendo el sitio de origen de aquel sonido. Veo a la estrecha entrada. Una mujer gótica la atraviesa y entra a la oscura carpa.

—Perdón, te venía siguiendo, cuando venias aquí —me habla, mirando en ángulo al suelo —. No suelo recibir a muchas personas.

Me rodea, sin mirarme, arrastra sus pies y ahora parece estar susurrando cosas raras. Es una mujer bajita, pelo corto de color rubio, forzado por tintes. Parece ser muy joven, como de unos 31 o 32, posee lindas pecas en su semblante y su físico se asemeja al de mi mama. Tiene un vestido negro y un abrigo delgado, zapatos deportivos Nike muy desgastados. Esta sudando mucho y no huele muy bien que digamos.

—Bueno, ¿Qué quieres? —me pregunta sonriente.

—Quiero hacerte algunas preguntas y que limpies mi al-alma —me trabo al hablar, tengo algunos nervios—. No sé qué hay que hacer.

—Tranquila, ya te analice —dice viéndome de arriba abajo —. Se perfectamente lo que quieres. Así que adelante, y bienvenida a la casa espiritista.

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NOCHE PARANORMAL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora