Mi cabeza imagino lo peor, justo para cuando yo cruce esa puerta. Tenía mi miedo y la debilidad combinados. Me tambaleaba de lado a lado, teniendo una capa de sudor en mi cuerpo.
Camine por el pasillo mirando a aquella escalera de madera. Cuando llegue a ella, lo que hice fue analizar los espacios que podía ver de forma temerosa; viendo primordialmente entre las sombras, el sillón tapizado de rallas azules y grises, en donde siempre sentaba mi abuela a ver las novelas en la televisión.
Pero que tiempos tan bonitos.
Recordando mi pasado luminoso, mire de nuevo a ese sillón centrándome en la realidad, mientras que me daba cuenta de que estaba en frente de él.
Había bajado las escaleras sin saber, y me encontraba en medio de la oscuridad de la sala, estando lo demasiado perpleja como para realizar un movimiento.
Sentí un crujido por el televisor y me gire a verlo. Se hallaba apagado, como de costumbre ya que no me llama atención, por todos los canales raros que hay.
Sentí el mismo crujido, y era como si proviniera dentro de él.
Di un paso y me acerque a analizarlo.
Fruncí mi ceño y escuche lo mismo, pero más fuerte y de repente el televisor, reflejo una luz y se encendió. Me asuste y no despeje mi mirada, dándome cuenta de que el canal que se mostraba en el, era uno que le encantaba a mi abuela y que nunca se perdía...
—Cariño, hazte un lado que no me dejas ver.
Escuche una voz; que con mucha extraña perfección reconocí.
Mi cuello giro lentamente con aquel dolor de la torticolis. Mire al sillón y me quede impactada, tirando mi pensar a un severo estado de shock; casi que llorando y temblando como un terremoto.
La mire desde allí y solté unas palabras ahogadas.
—¿Abuela?
Retrocedí un paso, viéndola con un terror que nunca había sentido. Estaba sentaba en su sillón, viéndome fijamente con esos ojos color canela, justo a mis ojos. Lleva puesta la ropa de su funeral y su cara es exactamente idéntica a como la recuerdo. Esta pálida, huesuda. Mantiene una sonrisa torcida de ojera a oreja, como si estuviera feliz de verme.
—Cariño, tienes un don casi nadie tiene —me hablo sin borrar su sonrisa.
Yo empecé a alejarme.
Parpadee varias veces, pensando que tal vez era un sueño. Me pellizque el brazo y nada paso, aún seguía allí.
—Cariño, simplemente debes salvarla —su voz hizo un eco en el entorno, y deje de moverme quedándome estática —. Debes liberarla de la noche paranormal.
—¿A quién?
Le pregunte con una voz irreconocible y en la sala fue apoderada de un silencio ahogado.
—A ella.
Mi abuela con su mano, me señalo al televisor, en donde ahora mostraba las noticias que hablaban de Evelin. El volumen del televisor aumento y escuche lo que el reportero.
—Un jovencito, fue ataco a las doce de la noche y sufrió varios daños físicos, como varios mentales. Hasta decir que fue atacado por Evelin Blake...
En ese momento, la pantalla se quedó pegada, y empezó a cambiar de color. Me ajuste y ájele mi cuerpo, pero una mano me tomo del hombro, me volteo hacia su cuerpo y lo que vi fue a mi abuela con una cara deforme, de ojos destellantes y torcidos.
Grite con todas mi fuerzas y corrí débil, a la escalera y subí saltando los escalones. Entre al cuarto y cerré la puerta con llave desesperada.
Me ájele de ella, retrocedí hasta que mi espalda chocara con la venta. Suspire hondo, estando en el pánico. Alguien toco la ventana.
Me giro y es Evelin Blake, con piel podrida, desnudamente sucia, cabello desbaratado, con la soga enrollada en su cuerpo pálido.
Sus ojos blanqueados, me penetran el alma y me dejan en un inmenso pánico, inexplicable. En ese momento, su mano torcida y deforme, empieza a abrir la ventana desde afuera, mientras que yo retrocedo, cayéndome de nalgas, estando más que aterrada.
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NOCHE PARANORMAL©
Horror✔Historia de Jesús Manuel. ✔Todos los derechos Reservados y Protegidos. ✔Portada de @Jst1ne. ➤SINOPSIS Después de que Evelin Blake. Se suicidara en el patio de Maggie Larson, esta cae en un constante terror, ya que en las noche, justo a las 3:33 pa...