Capítulo 9: De tal padre, tal hijo.

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Travis

Agh, ¡¿Quién mierda encendió la luz?!

-Travis es hora de que te levantes hijo-dice mamá con el ceño fruncido y demasiado enojada.

-pero dijiste que me dabas permiso para faltar a la escuela mamá-le digo con la voz adormilada.

-sí, pero al decirle a tu padre se negó completamente-no me sorprende-por lo tanto es hora de que te levantes y cumplas con el deber de tu sangre-cierra la puerta y yo bufo. Me levanto intentando no marearme en el intento. Al caminar al baño, entro y me encuentro con mi cara llena de labial rojo, y chupones en mi cuello. Sonrío. Que linda chica.

Me lavo la cara y voy a mi cuarto a cambiarme, me pongo los jeans azules, y unas zapatillas marrones. Busco una de mis remeras, me fijo en mi cama y de reojo veo una color negra en la silla del escritorio. La tomo y hacerlo un par de libros que estaban arriba de la remera se caen al piso.

Me agacho a tomarlos, al hacerlo, me fijo que son de física, recuerdo como Shayla se tomó el tiempo de buscarlos en su casa y dejarmelos a mi para que estudie. Ah, Shayla. ¿Qué puedo decir de ella? Bueno, siempre supe que tenía un flechazo por mi, todos me lo decían, hasta el novio de Jane, me lo dice todos los días. La chica está enloquecida por mí, es impresionante.

Todas esas veces que me espía y yo me hago el que no la ve, son incontables. Nik dice que le tengo que dar una oportunidad, que aproveche que hay una chica que siente algo por mí, y no es una puta. Obviamente, todas las chicas de mi escuela están locas por mí, o eso es lo que le digo siempre. No me mal entiendan, amo ser perseguido por las chicas y tenerlas en la palma de mi mano cuando se me antoje, pero jamás me metería con alguien como Shayla, y si lo hiciera sería para hacer enojar a Shawn.

En cambio, Dylan está conmigo en cualquier opción u opinión. Es como mi aprendiz.

Salgo del cuarto, y al llegar al comedor noto como una cabellera rubia se resalta, camino hasta llegar a él y le revuelvo su cabello.

-¡Basta Travis!-se arregla el pelo y yo río.

-tranquilo, ni que te hiciera peor eso...-lo miro-aunque creo que nada más te podría hacer más feo-Andrew me saca la lengua y yo ruedo los ojos. Él y yo nos llevamos cinco años, aunque parezca una diferencia muy mínima, para los dos es eterna. Haber yo cumpliré los dieciocho y me iré de aquí a una universidad a estudiar fútbol. Y hacerme profesional.

-cuanto quisieras que te vayas-dice él bufando.

-queda solo este año y me iré-tomo una manzana y como un poco.

-ojalá-me mira-pero mamá y papá no te dejarán irte a esa universidad que quieres-frunzo el ceño.

-¿Quién dice que no? Quizás me pueda escapar y la "famosa empresa de papá" recaiga en otro heredero.

-es mejor que te comportes Travis-dice papá entrando a la sala, en su traje de empresario famoso, y ese porte prestigioso. Me examina como estoy vestido y rueda los ojos-deberías arreglarte aunque sea un poco Travis, o por lo menos ponerte algo limpio.

-lo tuyo son las empresas, no la moda papá-me paro y este me mira furioso.

-no puedes hablarme así Travis...-lo interrumpo.

-recuerda que cuando sea mayor estoy en todos mis derechos de irme.

-luego hablaremos de ese asunto, ahora es hora de que te vayas a la escuela-su celulr suena y se va atenderlo. Mamá entra con el desayuno de papá y al ver que se fue a su oficina, mira hacia abajo un momento y vuelve a la cocina, desilusionada.

¿Platónico o Real? (#1 Saga Real)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora