CAPÍTULO 15

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Avanzamos entre el sin fin de personas, rodeados de tiendas llamativas, vendedores alegres y extrovertidos, mientras un millar de luces multicolores destellan salpicando las tierra tal cual cielo estrellado. Se oyen los gritos de los intrépidos a bordo de las atracciones mientras éstas cruzan, se elevan y curvan sacudiendo sus cuerpos con osadía. El aire impregnado con alegría y gozo se respira junto a los dulces aromas de caramelos, pasteles, chocolate y muchas otras delicias. Contemplo con admiración los alrededores donde predominan los colores negro y naranja, decorados estos con calabazas sonrientes, payasos macabros, brujas, telarañas y murciélagos negros.

Niños cruzan corriendo disfrazados de criaturas divertidas por lo tiernos que se ven, y mientras tanto; siento sus dedos estrelasados con los mios sin atreverse a soltarme. Miro de reojo a Bernaldo junto a mí, vestido con su habitual estilo juvenil: Blue Jeans y una camisa blanca ajustada más un par de botines negros. Luego, también puedo sentir las mano de Brandon descansando sobre mi hombro, el viste sus vaqueros ajustados con botines cafés, una playera blanca que se adhiere a su cuerpo marcando sus generosos pectorales y sobre esta descansa su chaqueta verde favorita. Él parece indiferente a los demás mientras avanza con su rostro sereno decorado con una casi imperceptible sonrisa arrogante que puedo interpretar como «Soy el rey de la fiesta ».

Sonrío en mis adentros y me siento cómodo rodeado de mis amigos, pues más allá, está Tyler tomado de la mano con Roger, cerca de ellos está Mark: el chico de piel clara mármol y ojos celestes que lleva un buen rato tratando de tomar de la mano a su preciosa castaña ojos cielo, la cual se escusa con el pretexto de que no quiere que le suden las manos. Realmente ama fastidiar a su novio. Felicia en cambio camina junto a Kevin mientras conversan, Harry le sonríe a una chica castaña casi rubia que trajo consigo y Jimmy... bueno, el sonríe cómo un niño mientras come de su algodón de azúcar. Es increíble pensar que tiene nuestra misma edad, cuando pareciera ser el más joven, pero si algo es fácil de ver, es que es el más bonito del grupo, "Literalmente bonito" es el más bajo y también fornido, pero sin dejar su semblante de tímido e infantil, su rostro es angelical y posee unos inocentes y dulces ojos grises. Siempre he querido dibujarlo pero me da algo de vergüenza. Aunque también me gustaría retratar a Felicia con su precioso cabello cobre. Aunque los ojos de Mark son muy profundos, pero los de Brandon me gustan más, aunque mi color favorito sea el azul, y el negro, claro.
Me gusta mucho detallar a las personas y apreciar los rasgos más curiosos e inusuales de estos, y no exactamente de manera lujuriosa. Es sólo que en si, cada rostro y cuerpo posee virtudes que algunos no parecen saber apreciar. Como los ojos, adoro contemplar una mirada de preciosos ojos, sin especificar un color, pero cada una con un significado, a veces obvio y en otras, completamente misterioso.

No es mi culpa, es el pintor que hay en mí.

Por otra parte, aquí estoy yo, franqueado por dos hombres a mis costados y me parece extraño que Brandon no haya traído a una acompañante. Al parecer, hasta él sabe tomarse un descanso.

Nos paseamos entre el gentío, visitando las tiendas y los juegos con premios y fue allí, justo en ese instante cuándo el machismo dominante se despertó en todo el grupo. Justo en frente de un puesto rodeado de peluches donde el objetivo era claramente pegarle a un punto rojo a más de veinte metro de distancia. Habían más puntos, azules, pero el rojo se cernía en medio, expectante, codiciado, intocable. Era un cretino punto rojo.
Pero los súper machos del grupo estaban decididos a pegarle.

Habían distintos premios, pero solo aquél que acertara tres golpes en los cinco intentos obtendría uno de los premios básicos o especiales en caso de una puntuación perfecta, donde la recompensa serían peluches enormes que no creo que las chicas estuvieran ansiosas de cargar... aunque yo si quería uno.

El primero en pasar fue el Roger, decidido a ganarle un premio a su príncipe, mismo que le miraba con complicidad y una sonrisa maliciosa que se contagio a mi persona.
El primero lo falló y Mark, Brandon y Bernaldo lo abuchearon entre risas. El segundo lo acertó, el tercero también y comenzaron a animarlo, pero falló el cuarto lanzamiento. Y cuándo llegó el último intento, sosteniendo la bola de béisbol, llevó el brazo hacia atrás y lo catapultó arrojándola.

Por Siempre, Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora