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Brandon

La mañana sin duda alguna había sido realmente ajetreada. Eso de la espontaneidad no era tan simple como lo ponían.

Habíamos madrugado y en pocas horas íbamos de un lugar al otro en la camioneta de mi hermano. Una 4x4 color plata. Nuestros bolsos listos descansando sobre el regazo de cada quien, mientras atravesavamos los distintos sectores de Madrid buscando a nuestros amigos.

A eso de las 9:00 am, estábamos listos. Mi hermano conducía y su novia Carla iba sentada en el opuesto del copiloto. En los asientos de atrás íbamos Mark, Alicia y yo. Y en la cabina, sentados en los bordes viajaban Michael (Que había insistido en ir allí porque le gustaba la brisa y porque según, así no le darían nauseas), Jimmy, que como todos vestía un suéter y sonreía emocionado tanto como Michael. Luego estaba Tyler, pero este se mantenían más callado de lo normal y en vez de haber llegado con Roger, cuando lo fuimos a buscar lo encontramos con Guillermo, e invitamos a ambos. Guillermo es un buen tipo, algo callado, pero agradable y humilde, sin embargo me pareció raro verlos juntos tan temprano. Felicia iba junto a Kevin riéndose de las cosas que este le decía. Y lo sé, porque llevo un buen rato mirandolos por la ventanilla.

¿Y adivinen quién más vino?

No, no fue Bernaldo. Mi primo estaba muy ocupado. Tampoco Fabiola, porque para mi sorpresa, a la señorita no le gustaban los bosques llenos de mosquitos ya que al parecer era alérgica... y tenía que atrabajar. Bueno está bien, no me quiso acompañar. No es que eso me a haya desilusionado un poco ni nada...

Señoras y señoras, junto al grupo viajaba nada menos que el joven barba verde, risos del bosque. O sea, Green. El Skater.

Nos habíamos topado con él mientras comprábamos malvaviscos y otros dulces en el centro. Y Michael lo invitó. No hubo que pedírselo dos veces, pues el chico ya traía una mochila con todo porque como nos contó, pensaba quedarse en casa de un amigo.

—Denme un minuto. Lo llamaré y le diré que me morí. Puedo ir para su casa después.

—Que te moriste...—repitió Michael riendo—Eso es tan yo.

Green le guiño un ojo—Las mentes brillantes piensas igual, chico duende.

—Chico duende...—murmuró Michael y noté que sus orejas se encendían.—Entonces yo te diré chico Elfo.

—A sus servicios colega.

Gruñí—Michael, ¿recuerdas que estás con mi primo verdad?

Michael levantó una deja—Por supuesto. Pero Green solo está jugando, no soy su tipo.

—¿No me digas?—añadí con ironía.

—Es obvio. Entre chicos comprendemos los mensajes.

—Exacto señor Golem.—aceptó Green y no me gustó que me llamada así. Solo Michael me ponía esos apodos—A mi me gustan como el flaco fornido de lindos ojos azules que andaba con ustedes.

—¿Mark? ¿Quieres ir para ojearlo? Pues te tengo noticias amigo, él tiene novia.

—Me interesa ir porque es genial salir de viaje y además, porque quiero conocer más de cerca a mi cuñado.

—¿Cuñado?

—Se refiere a Jimmy—me aclaró Michael.

—¡¿Qué rayos?!—Espete confundido—¿Exactamente en qué emisora estamos?

—No hay tiempo Brandon, y no te puedo contar porque Jimmy me prohibió hablar de eso.

Ellos subieron a la camioneta luego de que Michael me preguntara por mensajes si estaba bien con la participación del peliverde. Dije a regañadientes que no tenía problemas.

Por Siempre, Mejores AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora